60 años de vida. Más de cincuenta ligados al tenis. Es una enciclopedia viviente del deporte blanco y así lo hizo saber en cada definición que brindó. Modesto ‘Tito’ Vázquez, el actual capitán de Argentina en la Copa Davis y Director de Desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis, visitó ayer el Banco Hispano para ver el II Future de San Juan. Con una cordialidad poco común y apelando a hacer nombres propios ante cada consulta, tuvo un mano a mano con DIARIO DE CUYO donde habló de todo. De lo que debe hacer un joven para llegar a ser profesional, su relación distante con David Nalbandian y del jugador argentino del momento, Del Potro. Sobre él no tuvo reparos en elogiarlo una y mil veces. Marcarlo como el ejemplo a seguir por los más jóvenes y hasta dejar una apreciación que hace bastante ruido: "Va camino a ser el nuevo Vilas", sic.
-¿Cuáles son los parámetros que debe tener un jugador desde chico?
-Lo ideal es comenzar bien temprano. A los 8 años diría que está bien. De ahí hasta los 16 se da una evolución lógica. Es en ese momento es cuando se ve para que está cada jugador. Puede ser que se lo tenga que llevar a Buenos Aires, que directamente le de su nivel para irse al exterior o morir en su lugar natal y jamás dar el salto al profesionalismo en serio.
-Se habla que luego de Del Potro, no hay una generación similar a la que pasó con los Coria, Nalbandian y más atrás con Gaudio, Cañas, Zabaleta, Chela.
-Eso es muy relativo. Se hace un trabajo a largo plazo en todos lados, pero te repito que a los 16 años todo queda en manos del jugador y su entorno. Del Potro se fue a esa edad a Buenos Aires y de ahí a los Estados Unidos. Pero su base la hizo en Tandil. El 90% del semillero del tenis argentino se encuentra en el interior del país. Buenos Aires es el centro de la competición para los juveniles, pero no el semillero.
-¿Le sorprende la madurez que tuvo Del Potro en este último tiempo?
-Sin dudas. Hay un ejemplo que marca lo que es Juan Martín: en el Abierto de Australia pasado perdió muy fácil con Federer. Ocho meses después, en el Us Open, no sólo que le ganó sino que lo hizo en una final. Es el ejemplo a seguir por todos. Por constancia e idea de lo que quiere hacer Del Potro tiene que ser mirado como el espejo para los más chicos. Además, está rodeado por un gran equipo encabezado por su técnico, Franco Davín.
-¿Qué fue lo que más mejoró técnicamente en este tiempo?
-No sólo fue técnica su madurez. Lo hizo en lo físico y en lo mental. Antes, por su gran tamaño, le costaban horrores los desplazamientos laterales. Ahora, ya no le pasa. Sigue sacando como una bestia y la derecha es de las mejores del mundo. Pero aumentó su resistencia mental. No se cae fácilmente. Le pasó en la final con Federer cuando estaba abajo en el marcador.
-¿Será número uno del mundo?
-Tiene todo para serlo. Pero de decirlo a lograrlo, hay un paso gigantesco.
-¿Es el que mejor enfocado está en lo que busca?
-Me da la impresión que sí. No tengo duda que va camino a ser el nuevo Vilas, porque le pone todo en cada partido y entrenamiento. Con Guillermo no se parecen en nada respecto del juego de cada uno, pero sí en la mentalidad y el afán de llegar lejos.
-¿Junto con Nalbandian son imprescindibles para ganar la Davis?
-Hoy por hoy, sí. En Ostrava, ante República Checa, no estuvo David y tuve que poner a Juan Mónaco, que es un jugador copero por naturaleza pero que su fuerte no son las canchas duras. Los checos nos hicieron jugar en esa superficie y aunque Pico dio todo, no le alcanzó. Esa es la diferencia de tener a Nalbandian en el equipo.
-¿Cómo es su relación con él, tras las críticas del cordobés para con usted?
-Normal. Igual que con Del Potro, al que conocí como técnico ante Checa porque en la serie con Holanda no estuvo.
-En la final que se perdió con España en Mar del Plata se habló que faltó cohesión en el equipo, sobre todo entre David y Juan Martín, ¿ahora existe esa unión?
-Esa vez yo no era el técnico. Sí te puedo decir que ante Holanda y Checa, había atmósfera para ganar las series.
-Pero Nalbandian no estuvo en ninguna de las dos.
-Cuando venga, veremos cómo nos llevamos entre todos.
-¿Por qué piensa que Nalbandian no pudo dar el salto de calidad para ser número uno después de ganar el Masters en Shanghai?
-Eso lo sabe solamente él. Por ahí para Nalbandian el tenis es un parte de su vida y no un todo. No lo sé.
-Alguna vez Nadal dijo que para llegar lejos hay que resignar muchas cosas, ¿es tan así?
-No. Uno tiene 52 semanas en el año. Podés tener tiempo para cada cosa. Lo que sí hay que hacer es que en las 30 semanas que jugás al tenis, debés pensar sólo en la pelota y la raqueta. Aunque pierdas el lunes y volvás a jugar dentro de una semana otro torneo, al otro día a la cancha a entrenar de nuevo. Ese es el camino.
-En el sorteo para el año próximo en la Davis, tocó Suecia de visitante de entrada y luego sería también como visitante en caso de pasar de fase, ¿lo ve difícil poder ganarla?
-Para tener chances mucho se depende del sorteo. España, por ejemplo este año, jugó todo de local. Lo mismo le pasó a la Argentina el año pasado y no la ganó. Ya está, nos tocó Suecia y hay que afrontarlo.
-¿Qué falta para ganarla de una vez por todas?
-Ganarla. Chau.