Nota de café. La del día después. Sin la adrenalina del partido. Cara a cara con José Martinazzo, el técnico de la Selección Argentina de hockey sobre patines. Después de la caída en la final del Mundial ante España. Con la tristeza de haber caído jugando en casa. Pero la entereza de sentirse satisfecho por lo dado por el equipo. José y sus respuestas…

-Ya en frío, ¿cómo analizás la final?

-Todavía está la calentura pero lo he estado analizando con más tiempo y tranquilidad. Creo que planteamos bien el partido. Lamentablemente nos metieron dos goles al principio y había que remontarlo. Entonces, abrimos la defensa, porque había que ir a apretarlos. Si no lo hacés, los españoles te tienen la pelota y la duermen. Pasó así. Tres veces la tuvieron 40 segundos y después te la dieron.

-¿Por eso ustedes se abrieron?

-Y sí. Al hacerlo, remontamos y terminamos 2-1 el primer tiempo. Después David (Páez) pegó un tiro en el palo y otro tiro de Pablo (Alvarez) le dio en la careta al arquero. Si empatábamos, estoy seguro que cambiaba la historia.

-Pero España lo aprovechó al máximo…

-Es que después se dio el otro momento clave, en el 2-3. Porque seguimos estando cerca del empate y a ellos les salieron dos contras fulminantes. Y de nuevo con la mochila de tener que remontar. Lo hicimos pero no había más tiempo. Si hubiéramos tenido un par de minutos más, tal vez lo empatábamos.

-¿Ese es tu análisis?

-He ido haciendo un análisis de los pasajes del partido y creo que España tuvo la ventaja de ir siempre adelante en el marcador y después se dedicó a tocar la bocha. En cambio nosotros hicimos todo el desgaste del partido.

-Para vos ¿España es un digno campeón?

-Sin duda, porque terminaron ganando bien la final. Pero si España juega contra nosotros como lo hizo el día anterior con Mozambique, los campeones seríamos nosotros. Les cuadró la noche, no hay caso. A España le salieron todas. Se les dio el trámite del partido ideal.

-Pero eso tiene su mérito…

-Bargalló, por ejemplo, es un gran jugador pero no es lo que hizo. Ese partido le sale pocas veces en su vida. Hacía todo bien. Marcó un gol espectacular. Dejó a dos jugadores en el camino y le dio al ángulo. Era su noche.

-¿Por qué David Páez no entró desde el inicio?

-Porque yo había hecho la misma rotación todos los partidos anteriores y las cosas se dieron. No tenía motivos para cambiarla en la final. Lo conversamos con los jugadores y estaban de acuerdo. A ellos les gustaba esa rotación porque cada uno estaba en cancha entre 15 y 17 minutos y se sentían cómodos.

-Pero David siempre le dio más juego al equipo…

-A él no lo podía tener 40 minutos en cancha. Es cierto, cuando entraba, me manejaba el partido perfectamente. Pero si habíamos hecho ese planteamiento todo el campeonato y nos había resultado, lo teníamos que repetir. Claro, ahora con el diario del lunes, como se suele decir, todo el mundo la discute.

-¿David no estaba físicamente para aguantar los 40 minutos?

-Físicamente estaban todos muy bien. Pero al ritmo que le imponíamos nosotros al juego, es difícil aguantar todo el partido en la cancha. Para cualquier jugador.

-¿Pero no hubiese sido mejor mandarlo de entrada y después darle respiro?

-Con el partido caliente hubiera sido mucho más difícil sacarlo. Además, cuando él entraba, el equipo rival ya estaba sintiendo el desgaste de piernas. Así lo hicimos siempre. Por eso David se hacía sentir al máximo. Son cosas que uno las va midiendo. Son tácticas nada más.

-¿Vos lo habías programado así?

-Lógico, igual que las otras variantes. No es cuestión de hacer un cambio por hacerlo nada más. Carlitos (Nicolía) entraba sobre los 10 minutos, rompía la defensa rival y le hacía un desastre a todos dentro del área. El Mono (Velázquez), por ejemplo, lo trabajaba en los últimos minutos del primer tiempo y en los primeros del segundo y rendía perfectamente. Yo como técnico lo he mirado así.

-Se nota que sos fiel a tus convicciones…

-Hemos llegado a una final y seguimos siendo subcampeones del mundo. No es poco. Yo, como técnico, he jugado dos campeonato del mundo y he llegado a dos finales. No se ganó pero el planteo de juego que hemos mostrado en los dos campeonatos no está tan equivocado.

-Si mañana fuese la final ¿actuarías igual?

-De la misma manera. Estoy convencido que España encontró la noche. Pero yo lo planteo de la misma manera y hago los mismos cambios. Si mañana es la final, juego igual.

-¿En el balance general quedaste satisfecho?

-He quedado tranquilo conmigo mismo, que es lo que le dije a los jugadores cuando fuimos a la concentración después de la final. Y además estoy convencido que ellos han dado todo. En función de grupo no hemos fallado, porque está fantástico. Y en función de juego, el equipo desplegó un gran juego durante todo el campeonato.

-¿Y esto para vos cómo sigue?

-Yo ahora me voy a tomar un tiempo para decidir. La gente de la Confederación me quiere renovar pero me pidieron tranquilidad.

-¿Pero que decís ya?

-Estoy dolido en este momento porque son cosas muy duras. El no ser campeón del mundo, especialmente. Yo no soy rentado. Lo hago porque me gusta, porque me apasiona el hockey.

-¿Seguirías entonces?

-En éstos momentos, no. Si tengo que firmar en éstos momentos no lo hago. No soy más el técnico de la Selección. Pero voy a dejar pasar más el tiempo. No voy a tomar decisiones apresuradas.

-Suponiendo que seguís, ¿renovarías el plantel?

-Este fue el mismo grupo, con excepción de David (Páez), que estuvo en Vigo. En un hipotético tercer desafío hasta tendríamos ventajas. Porque España, Italia y Portugal tienen que renovar sus planteles, mientras que nosotros tenemos un equipo joven. El Mono y David dijeron que jugaban su último Mundial. Sólo tendríamos que tendríamos que buscar sus reemplazos.

-¿Estás cansado?

-Yo lo he conversado mucho con Miguel Gómez, que siempre me ayudó bastante. Porque la verdad es que no entiendo cómo hizo para aguantar. Esto es mucho desgaste.

-¿Está en condiciones el hockey argentino de romper la hegemonía del español?

-No me caben dudas. Yo creía que se la rompíamos ahora pero no se dio.