El 22 de marzo pasado Carlos Bueno sufrió la fractura de tibia y peroné de su pierna derecha frente a Boca cuando el arquero Orion salió a cortar la jugada con cierta mala intención. Al día siguiente fue operado y le dijeron que tenía para más de 6 meses de recuperación. Pensó en retirarse, pero su fuerza de voluntad lo llevó a que hoy, tras 5 meses y medio de la fractura, vuelva a jugar. Será en el partido de Reserva de San Martín, que a las 10.30 enfrentará a Vélez en el Hilario Sánchez. Ayer, en la previa a su “redebut”, el uruguayo de 35 años le contó a DIARIO DE CUYO por todo lo que pasó en este tiempo, la mezcla de ansiedad y miedo por volver a entrar a una cancha, la ilusión de poder rendir y estar el sábado para el clásico ante Godoy Cruz y las lágrimas que se le caerán cuando entre en contacto con la pelota.
-¿Qué se te pasa por la cabeza en la horas previas a tu regreso tras la lesión?
-Estoy contento. Pasé por un momento difícil en el cual las lesiones son muy feas para cualquier jugador de fútbol. He sufrido bastante y ahora llegó el momento de disfrutar.
-¿La recuperación fue más rápida de lo que imaginabas?
-Fue el tiempo que me puse. Si bien pensé jugar en agosto, no estaba del todo bien pero ahora sí lo siento. Por ahí en lo físico me va a costar porque es normal, así que esperando el momento para hacer minutos de fútbol.
-¿Molesta o sentís dolor en la pierna?
-No, me da miedo porque es normal hasta que no tenga el roce que necesito de fútbol para que se me vaya. Porque los trabajos los hago todos, hasta el domingo hice fútbol y me sentí bien. Y lo que necesito es hacer fútbol para sentir el roce, golpes, saltar, picar y lo que se necesite.
-¿Tenés la ilusión de integrar el plantel para el clásico ante Godoy Cruz?
-Es mi idea. Es la de poder hacer fútbol mañana (por hoy) para poder clasificar, como decimos nosotros, para el clásico.
-¿Vendría a ser como un redebut para vos?
-Sí, porque yo pensaba no jugar más y tener esta oportunidad de nuevo y que sea tan pronto me enorgullece muchísimo saber que hicimos las cosas bien. Espero sentirme bien y si no es así seguiré con la misma mentalidad y las mismas ganas de seguir recuperándome.
-¿Y qué te llevó a no abandonar el fútbol?
-La familia, mis hijos, los amigos, gente que te quiere mucho y que pretende que juegue 2 o 3 años más. Y uno también por lo que le gusta esto, porque es lo que sé hacer, tengo muchos años en el fútbol y no quiero dejarlo de la forma en como pasó todo, sino adentro de una cancha como realmente quiere un jugador de fútbol.
-Los amigos, tus compañeros de San Martín y el cuerpo técnico, ¿qué te dijeron en este momento?
-Están muy felices, me van a venir a ver todos y eso hace que uno se sienta feliz porque cuento con gente que me quiere. Y saber que uno adentro de un plantel tiene sus cosas, es muy importante para mí saberlo. Además del cariño y el aprecio que me tienen y por eso soy agradecido.
-Pasaron 5 meses y medio de la lesión, ¿qué pensas hoy, cuál es tu opinión de cómo se dio y qué tenés para decir de Orion?
-Voy a opinar lo mismo de siempre, fue una jugada rápida como la de cualquier partido en la que yo me lastimé. Si no me hubiera lastimado no hubiese pasado nada. Después la gente y el periodismo podrá pensar lo que quiera de Orion, yo tengo mi pensamiento pero lo guardo para mí y no voy a decir ni que es mala leche ni buena gente, ni nada. Yo sé lo que pienso, le deseo suerte y que le vaya bien porque lo que me preocupó e interesó a mí siempre fue la recuperación y aquí estoy a pocas horas de volver a ser feliz.
-¿Con qué se compara esta felicidad que sentís?
-Con el nacimiento de mi primer hijo que hoy tiene 12 años y me acompaña y va conmigo a todos lados. Es increíble lo rápido que pasan los años y lo linda que es la vida, por eso hay que disfrutarla con los de cada uno. Vivir cada día como si fuera el último pero disfrutarlo al máximo, con mucho amor, dar cariño y recibir, ser un amigo para tu esposa y tus hijos. Eso me enorgullece porque tengo una familia que me quiere ver feliz. Y mi felicidad es jugar y por eso mi esposa me aguantó un mes en mi pueblo y me vio triste y también sufrió porque no sabía cómo hacer para verme bien. Nadie sabía qué hacer, fue difícil y por eso cuando entre a la cancha lo tengo que disfrutar sean 20 minutos o los minutos que sea porque a la hora de pisar la cancha me voy a emocionar mucho, porque por más que sea un tipo que demuestre un carácter, soy muy sentimental y espero que la emoción no se refleje sino que la sienta yo.

