A pleno. El Monumental estará colmado en la mayor definición de la historia de la Copa Libertadores, que justo en esta edición se "despide" de las finales con ida y vuelta.

Hay imágenes que se guardan para siempre. Más allá de aquellas atadas a los sentimientos de cada ser humano hay momentos de la historia que permanecen por siempre en la memoria, incluso cuando no se haya existido en el momento del acontecimiento. El primer paso de Neil Armstrong en la Luna en 1969 es un ejemplo claro en este sentido. En lo deportivo y bien apegado a los sentimientos argentinos, cómo no recordar a Diego Maradona "remontando" su barrilete cósmico ante Inglaterra en el Mundial de México "86 para anotar el mejor gol de todos los tiempos.

La final que todos soñaron y nunca se dio justamente irá a parar a ese lugar de cada uno de nosotros que seremos testigos privilegiados del evento deportivo más grande de la historia argentina. En el Monumental "solo" habrá 66 mil fanáticos, todos de River. Frente a una TV, un celular o una PC, decenas de millones distribuidos en todo el planeta. Nadie que sepa que se juega a las 17 horas este partido dejará de hacer un "mínimo" esfuerzo para observalo.

Será el River-Boca que se recordará por siempre. De acá a 30, 40 o quizá 50 años alguien le dirá a otro "te acordás cuando jugaron River y Boca la final de la Copa Libertadores". Es un acontecimiento tan esperado como ocurre con una pareja que prepara su ansiado casamiento. Son días, meses y hasta años de "vigilia" y ese gran suceso finalmente llega. River-Boca es una realidad. Ya está: la espera se acabó y como sucede con el enlace matrimonial seguramente nos quedará sabor a poco, a que "pasó muy rápido...".

El 2-2 en la Bombonera fue una muestra de lo que nos pueden dar a nivel emotivo. Hoy, en Núñez, eso se potenciará todavía más. La tensión, la ansiedad y el dramatismo dirán presente en ambos lados. Basta con recordar la semifinal por la Libertadores del 2014 en ese mismo estadio cuando River estiró la llave hasta los penales con aquel gol de Cristian Nasuti en el descuento.

Este sábado habrá fiesta en una multitud y tristeza en otra. Una felicidad inédita y una tristeza también sin igual. Los colosos argentinos sólo definieron dos títulos en la historia mano a mano: un Nacional en 1976 (ganó Boca) y la Supercopa Argentina de este año (triunfó River). El destino quiso brindarnos esta "tercera vez", siendo claramente la que opacará a sus antecesoras. La Conmebol montó todo su circo alrededor de la última final con ida y vuelta de la Libertadores. Esto también la hace única. Es otro "guiño" de la vida para saborearla. El máximo ídolo de la historia xeneize, Juan Román Riquelme, fue muy claro hace un par de días. "La verdad, siento envidia de los jugadores que estarán en la cancha jugando la final". Y si hay alguien que sabe de superclásicos es justamente el último gran "10". Como Román, todos estarán atentos al gran duelo en la tarde de Núñez donde la lluvia, esta vez, dirá ausente. A disfrutarlo. Porque se dará hoy pero irá directo a la eternidad...

GIANNI INFANTINO - Presidente FIFA

"Un River-Boca por una final de Copa Libertadores es un evento sin comparación y no me lo quería perder. Por eso, apenas se conoció la definición, me hice un espacio para venir a observarla y sobre todo disfrutarla en la cancha".

ALEJANDRO DOMÍNGUEZ - Presidente Conmebol

"Nunca hubo una final entre Boca y River y es una oportunidad histórica, una finalísima. Será la última final de la Libertadores con partidos de ida y vuelta. Este partido entre dos grandes equipos ha despertado interés en el mundo entero".

CLAUDIO TAPIA - Presidente AFA

"Vivir una final de esta magnitud, entre los dos equipos más grandes de la Argentina es algo para disfrutar.

La intención de todos es que la vivamos en paz y cualquiera que sea el que gane, lo que triunfe sea la tranquilidad".

Récord

100

Los millones de pesos que alcanzará la recaudación por venta de entradas en el Monumental. Habrá más de 66 mil fanáticos.