Buenos Aires, 28 de octubre.- Tanto Matías Almeyda como Julio César Falcioni se jugaban mucho en este River – Boca. Un mal resultado adverso dejaba a cualquiera de ellos en la cuerda floja, comprometiendo seriamente su continuidad en el cargo.
Ambos iniciaron el encuentro con tranquilidad, sentados y apreciando las acciones del banco de suplentes. Sin embargo, “El Pelado” fue el primero en saltar desde el banco y no para dar indicaciones. Al minuto y medio de juego el entrenador desató toda su alegría en el festejo del gol de Leonardo Ponzio.
Pero la euforia no iba a durar. Pronto llegó la preocupación por la lesión de Ramiro Funes Mori, quien a los 3 minutos, debió salir para dejarle el lugar en la defensa a González Pirez. Tan solo 10 minutos después, la incertidumbre aumentó debido a la molestia de Martín Aguirre, quien fue reemplazado por Ariel Rojas.
Mientras “El Pelado” se mantenía de pie, cerca de los carteles publicitarios, intentando reacomodar las piezas de su diezmado equipo, Falcioni continuaba sentado en el banco de suplentes sin intercambiar palabras con sus jugadores.
Cuando promediaba la primera etapa, el entrenador de Boca dejó su asiento y comenzó a dar algunas indicaciones. Al mismo tiempo, el DT del “Millonario” se lamentaba por una jugada mal manejada en ofensiva por sus dirigidos.
La expresión de preocupación de Falcioni se hizo evidente cuando Lunati pitó el final del primer tiempo.
“El Xeneize” se demoraba en salir para la segunda etapa, por lo que el árbitro expulsó al “Emperador”, quien debió seguir las acciones desde el ingreso al túnel.
Para el inicio del complemento, el DT de Boca apostó a reforzar la ofensiva, de flojo desempeño en la primera parte, con el ingreso de Lautaro Acosta en lugar de Clemente Rodríguez.
Corrían cuatro minutos de la segunda etapa cuando Almeyda salió del banco para darle instrucciones a Ponzio, mientras que “El Emperador” fumaba parado junto a un colaborador, lejos de sus jugadores.
A los 22 minutos, con el objetivo de encontrar variantes para aportar juego a un equipo de chato desempeño, Falcioni decidió el ingreso de Nicolás Colazo, en lugar de Juan Sánchez Miño.
La conquista de Rodrigo Mora trajo tranquilidad al banco de River, mientras que el descuento de Santiago Silva, de penal, encendió la ilusión en el del “Xeneize”.
A 10 minutos del final, el entrenador de la visita apostó a un nuevo cambio de mitad de cancha para adelante y metió a Leandro Paredes, en lugar de Cristian Chávez. A su vez, Almeyda determinó el ingreso de Rogelio Funes Mori, en lugar del uruguayo Rodrigo Mora, de gran nivel en el encuentro.
A los 44 minutos Falcioni continuaba de pie en el ingreso al vestuario, apoyado en un parante, con expresión resignada. Pero su suerte iba a cambiar. Con el empate de Erviti, el entrenador salió disparado desde su ubicación, aunque no para festejar ni para expresar alegría, sino para acercarse hasta el banco y dejar las últimas instrucciones.
A Almeyda, por su parte, se lo pudo ver inmóvil, sentado, con la incredulidad plasmada en su rostro.
El 2-2 no salvó a ninguno de los entrenadores de las fuertes críticas. Matías Almeyda no supo sostener el resultado y, aunque lo perjudicaron seriamente las tempranas lesiones de Funes Mori y Aguirre, falló en la última variante al sacar a Mora, quien era el delantero más activo de la ofensiva "Millonaria".
Falcioni, por su lado, plantó un equipo que no pudo hallar el juego en ningún pasaje de los 90 minutos y sigue sin encontrarle la vuelta a un Boca que no seduce ni desequilibra con la pelota.
