Buenos Aires, 4 de junio.- Hinchas argentinos y brasileños armaron hoy un verdadero carnaval carioca en la puerta de la concentración del seleccionado argentino, en Pretoria, y cerraron el día con un partido de fútbol en la calle, cuyo resultado final quedó en duda.

En paz, sin tener que ver con barrasbravas, con hinchas argentinos y brasileños genuinos, esos que juntaron moneda por moneda para estar en Sudáfrica, se enfrentaron dialéctica y futbolísticamente dos tradicionales rivales sudamericanos.

Y el resultado fue una fiesta, que fue observada con sorpresa por los lugareños, que no entendían como a la hora de cenar (6 de la tarde), había gente jugando a la “pelota” en plena calle.

La policía que custodia el predio de alto rendimiento deportivo de la Universidad de Pretoria intentó sacarlos de la calle y obligarlos a estar en la vereda, pero no hubo manera y la pasión de los latinos los superó.

Entonces, la policía cortó por lo más fino: cortó la calle de un lado y del otro y en un momento una Pretoria pudo haber sido un barrio de San Pablo o Buenos Aires.

De un lado estaban los de celeste y blanco, con hinchas de Villa Cañás, de San Juan, de Campana, de Olivos, de Mar del Plata, de todos lados.

Y del otro estaban los brasileños, un grupo de entre quince y veinte chicos –algunos no tan chicos-, todos de San Pablo.

Los argentinos y brasileños se conocieron en Sudáfrica, en diferentes Hostel, y juntos fueron al predio donde vive y se entrenan los dirigidos por Diego Maradona.

Primero se cruzaron cara a cara con cánticos, cada uno alentando por su país.

Los brasileños, con mucho más ritmo, sacaron sus instrumentos, y entre panderetas, bombos y hasta un saxo armaron una gran bazucada.

La respuesta argentina llegó con los cánticos típicos de cancha y el ya conocido “que te brasileño, que amargado se te ve, Maradona es más grande, es más grande que Pelé”.

La respuesta llegó enseguida, hasta que al final todos se juntaron para hacer un carnaval carioca, en plena calle, ante la mirada atónica de policías y locales.

Cuando parecía que todo terminaba ahí, apareció una pelota y llegó el tiempo del fútbol, adelantando los hinchas un posible cruce entre Argentina y Brasil en el Mundial.

El partido fue “caliente”, con los dos asegurando que ganaron, protestando goles mal cobrados y otros cobrados irregularmente.

Por momentos hasta hubo pierna fuerte y algunos creyeron que toda la buena onda que habían mostrado se acabaría.

Pero la pelota se perdió, se tuvo que suspender el partido y todos terminaron posando juntos, mezclados, dando una muestra de paz y respeto, que sería ideal que sucediera lo mismo durante todo el Mundial.