Desgarradora. La imagen de los hockistas argentinos apenas finalizada la serie de penales que le brindó el campeonato mundial a Portugal. El dolor fue aún más profundo debido a lo cerca que se estuvo de la ansiada coronación.


Qué manera de tener chances. Y qué manera de desperdiciarlas. Tantas que parece increíble. De esas que se dan por jugadas. De esas que pegan en los palos. De esas que se tienen al obtener un penal a favor. De esas que son concretas cuando se ejecutan libres directos. Y nada. No entró ninguna. Claro enfrente estaba ese arquero gigante llamado Girao. Ese arquero que se atajó todo. El que ayer tocó el cielo con las manos.

Portugal le ganó la final del Campeonato Mundial de hockey sobre patines a las Argentina por 2-1 en los penales, luego del 0-0 con que terminó el tiempo regular. Salió una final dramática. Bien jugada. Con algunas imprecisiones. Pero emotiva en todo momento. 

El partido se jugó en el estadio "Palau Blaugrana" del Barcelona, todo en el marco de los World Roller Games 2019. Esta vez hubo mucha gente (unas 5.000 personas), en su gran mayoría argentinos y portugueses, que le dieron calor y color a la final.

El primer tiempo tuvo un ritmo demoledor. Increíble. Con la Selección Argentina llevando siempre la iniciativa. Haciéndose dueña de la bocha. Moviéndose por todo el frente. Buscando atacar por los costados para meter en centro al área donde siempre había uno bien parado, especialmente Lucas Ordoñez. Y Portugal más metido alrededor de su área, defendiendo y esperando el momento de alguna contra letal. El ritmo frenético empezó a mandar en el partido. No se daban tregua, iban y venían con rapidez. A los 2 minutos lo tuvo Ordoñez, pero Girao se lo impidió. Se empezó a agrandar el arquero lusitano y eso era peligroso. Dos tiros fuertes de Nicolía siguieron pero no tuvo puntería. Y ahí nomás un bombazo del Nolo Romero reventó uno de los palos. Era todo de Argentina, al menos las posibilidades de gol. Portugal no atinaba a nada.

Argentina sigue con cinco títulos en varones mayores. Portugal trepó a su 16ta corona.

El Negro Páez se jugó con su tradicional rotación. A la cancha los cuatro suplentes. Y el partido no cambió. Siguió al ritmo que Argentina marcaba. Sólo las "paradas" obligadas para que el vivo de Girao se limpie el casco pudieron frenar el vendaval argentino.

David Páez estuvo cerca por dos veces pero en ningún pudo meter el estiletazo final. Igual que Matías Pascual, que estuvo a punto después de una maravilla que hizo pero que le faltó final.

Y llegó el minuto 17 y con él el penal que le hicieron al Nalo García. Ejecutó Ordoñez y atajó, cuándo no, Girao. Así se fue el primer tiempo, con dominio argentino pero sin puntadas final. Con un Portugal expectante que podría hacer de todo en el segundo tiempo.

El complemento arrancó con una sorpresa. Los argentinos perdieron una pelota en mitad de cancha, la agarró Pinto y no pudo con Grimalt, pese a que estaba en soledad.

Otra favorable para Argentina. Sobre los 5 minutos, libre directo por una fuerte falta de Nunes a Nolo Romero. Esta vez el turno de Nicolía. Y de nuevo Girao como obstáculo.

Ellos también tuvieron la suya. Azul a Ordoñez por foul a Nunes y este que ejecutó el libre directo. Ahí apareció Grimalt. Después aguantó con tres jugadores la Argentina.

Inclusive más tarde Nicolía tiró y dio en el palo y Álvarez desperdició un libre. Otra vez, todo fue de Argentina.

Hasta que llegó el dramático alargue. Simplemente para el infarto. Argentina iba e iba y no podía marcar. Portugal sólo esperaba y no tenía tantas chances. Otro penal para Argentina. Tiró Nicolía, atajó Girao. Película repetida. Y el rebote un nuevo penal. De nuevo Nicolía, otra vez Girao. Estaba escrito que al arquero portugués no le iban a hacer goles.

Final del alargue y a los penales. Esos que son simplemente la lotería. Y de nuevo apareció la figura de Girao, a quien sólo Nicolía pudo convertirle. Los otros que ejecutaron fueron presa del arquero.


CLAVES

 

Iniciativa

La Selección argentina largó con todo. Y mantuvo el nivel por muchos minutos. Tenía la bocha, atacaba con claridad y creaba muchísimas situaciones de gol. Pero siempre fallaba en la puntada final. Portugal, encerrado en su área, quería contragolpear pero no tenía chance.

Falencia

El segundo tiempo fue más de lo mismo aunque en él la Selección argentina desaprovechó un penal y un tiro libre directo. Los portugueses también fallaron un libre directo. Lo que en un principio parecía imposible se concretó: fueron a jugar tiempo de alargue.

Definición

En esa nueva etapa, la Albiceleste volvió a dar todo. Tuvo oportunidades clarísimas pero la tremenda figura del arquero lusitano Girao salvó a su equipo de la derrota. Y, en los penales, otra fue la noche de Girao y Portugal se consagró campeón del mundo.