Pocos son los futbolistas que resistieron a la renovación que atravesó la Selección argentina que, de la mano de Lionel Scaloni logró la mayor alegría de las últimas tres décadas. El hambre de gloria de Messi, Di María, Agüero y Otamendi contagiaron al plantel que gestó el DT argentino.

  • EL "DIBU", LA GRAN REVELACIÓN

El arco argentino tiene dueño y para rato. La figura de Emiliano Martínez apareció gracias a su gran nivel en el Aston Villa de la Premier League. Con la Albiceleste en los seis partidos que jugó, le convirtieron sólo dos goles (ante Chile y Colombia). En el debut ante Chile le contuvo un penal a Vidal pero en el rebote Vargas anotó. El arquero por el que Aston Villa pagó casi 22 millones de euros, agigantó su figura en la definición por penales de la semi ante Colombia acertando en los remates de Davison Sánchez, Yerri Mina y Edwin Cardona. Gracias a su estupenda actuación, la Albiceleste sacó pasaje a la final. El "Dibu", apoyado en el yoga y la psicología, se adueñó del arco albiceleste hace apenas un mes. Es que Armani, quien se apuntaba para ser titular, sufrió el coronavirus y por esas ausencias en la previa a la Copa, Martínez le ganó el mano a mano. Igual, el actual arquero de River jugó un encuentro y fue con Argentina ya clasificada a Cuartos: ante Bolivia que terminó con goleada albiceleste (4-1). En tanto que Agustín Marchesín y Juan Musso no contaron con minutos en la Copa.

  • ROMERO, DEL POTRERO A LA SELECCIÓN

Fue una de las figuras en la zaga central. Fue parte de la sangre joven. Con apenas 23 años y surgido en el mismísimo potrero, Cristian Romero dio sus primeros pasos en San Lorenzo del Barrio Las Flores en su Córdoba natal. El "Cuti" que actualmente brilla en la Juventus arrancó a lo grande pero una distensión en su rodilla (luego de jugar con Paraguay) lo marginaba en los próximos tres partidos, apareciendo recién ante Brasil. El pibe que de chico tenía como sueños jugar en Primera con Belgrano, jugar en la Juventus y en la Selección mayor, lo hizo: se infiltró para poder estar en la definición y fue el tiempista de siempre, impasable en la marca y ganándole el duelo a Neymar. Nicolás Otamendi, le aportó la experiencia en la última línea, mientras que Gonzalo Montiel también hizo lo suyo para la coronación. Germán Pezzella y Nicolás Tagliafico cumplieron. En tanto que Lucas Martínez Quarta, Marcos Acuña y Lisandro Martínez tampoco defraudaron.

  • DE PAUL, EL MOTORCITO DEL EQUIPO

"Nos dio equilibrio, juego, pasión por el fútbol, huevo, garra, contagió buena onda. Es un ejemplo para los demás". Los elogios para Rodrigo De Paul son de Scaloni. Y sí, porque el ex Racing fue una pieza fundamental en el andamiaje de la Selección. Pese a no ser un mediocampista completamente dedicado a la marca, fue De Paul quien más balones recuperó en el equipo. Con un total de 33 quites, el flamante refuerzo del Atlético Madrid superó a Guido Rodríguez y Giovani Lo Celso, ambos con 26. Leandro Paredes fue otro que resultó clave en el mediocampo argentino. El "Papu" Alejandro Gómez aprovechó al máximo su llamado a la Selección: fue el autor del gol ante Paraguay y anotó también en la goleada ante Bolivia. El futbolista del Sevilla le pagó con creces por la elección a su entrenador. Nicolás Domínguez y Angel Correa cada vez que entraron, cumplieron.

  • DI MARÍA, ROMPIÓ LA PARED

"Mucha gente me dice que por qué no me quedo en París tomándome un café frente a la Torre Eiffel y así me ahorro los insultos de millones de argentinos, pero yo les digo que para mí vestir la camiseta de mi país no tiene precio". El textual de hace unos años pertenece a Angel Di María, uno de los jugadores de la "vieja camada" más resistidos por el mundo futbolero pero por esas cosas que tiene el fútbol fue él quien se vistió de héroe en el mismísimo Maracaná para que Argentina se alce con la Copa. El fútbol siempre da revancha y a Angelito le llegó en la final. Ni más ni menos. Recibió por la derecha un pase estupendo de De Paul y encaró para picársela por encima del arquero y definir un gol que significó mucho más que una revancha para él. El rosarino venía de varias finales perdidas y otras en las que no pudo estar por sus lesiones. "Algún día se iba a romper esa pared, hoy se dio", le expresaba mediante videollamada el "Fideo" a su familia. Y sí, porque con su gol le dio a todo un país la mayor alegría de las últimas tres décadas.


 

  • EL MESSIAS Y SU PREMIO

Mucho tuvo que pasar para que Lionel Messi se sacara esa enorme presión que cargaba en sus espaldas. El mejor jugador del mundo se cansó de cosechar títulos con el Barcelona pero le faltaba festejar con la Selección argentina, no bajó los brazos nunca y en esta Copa contagió su hambre de gloria a un grupo que se desvivió por él. Vital por todo lo que puede aportar Messi, completó una Copa estupenda. Anotó en el debut ante Chile y se despachó con dos goles ante Bolivia, en Cuartos ante Ecuador se lució con una estupenda definición de tiro libre que cerró la clasificación a semis con goleada. Adelante, Lautaro Martínez se acopló de la mejor manera y se ganó la chapa de titular en el equipo. El "Kun" cada vez que entró cumplió pero aportó más desde lo humano en un grupo que sabía lo que quería. Las apariciones de Nico González, que si bien comenzó la Copa a puro entusiasmo, su juego fue de mayor a menor en el certamen pero también cumplió al igual que Joaquín Correa y Julián Álvarez, la sangre joven que no se achicó para nada en una Selección que ahora sí tiene un futuro alentador.