Boca Juniors, con Carlos Bianchi como DT en su primer partido oficial y con Juan Román Riquelme como espectador de lujo, revirtió un 0-2 y le ganó 3-2 a Quilmes en La Bombonera su partido por la primera fecha del torneo Final del fútbol de AFA.
A puro corazón, sufriendo, con poco fútbol pero con un derroche de coraje, el equipo xeneize se llevó los tres puntos con un hombre menos por la expulsión de Caruzzo y luego de que Orión le contuviera un penal a Cauteruccio con el marcador 2-2.
En el primer tiempo, el equipo que dirige De Felippe convirtió por medio de Olivera (5m.) y Menéndez (9m.); descontando Erviti (38m.). En el segundo tiempo, Burdisso, a los 22 y 35 minutos, marcó para el local.
Las presencias de Bianchi, el DT más ganador de su historia, y de Riquelme en el palco, fueron el condimento de un partido electrizante que premió el buen segundo tiempo de Boca y que castigó el prolijo planteo de Quilmes.
El equipo de De Felippe metió dos manos de nocaut en los primeros 10’ y se puso 2-0 con un cabezazo de Olivera y una buena definición de Menéndez aprovechando los errores del fondo de Boca.
El local fue un cúmulo de desaciertos en la primera media hora: marcó mal en el fondo, tuvo problemas de traslado (Leandro Somoza fue silbado en cada pelota que tocó) y no llegó nunca a inquietar a Emanuel Trípodi.
Las miradas de los simpatizantes boquenses, por entonces, se repartían entre lo muy pobre que veían en el campo de juego y la ilusión, casi como un talismán, que generaban la presencia de Bianchi desde su puesto de conductor y Riquelme en el palco presidencial junto a Daniel Angelici.
Pero sobre el final del primer tiempo el once xeneize esbozó una mejora y en su única jugada criteriosa descontó. ‘El Burrito‘ Martínez habilitó bien a Pol Fernández, éste la cruzó aún mejor para Erviti y el ex Banfield, sin marcas, le hizo un pase a la red y estableció el 1-2.
Fue un anuncio de lo que iba a pasar en el segundo tiempo, en el que Boca asumió un protagonismo excluyente, lo metió a Quilmes en su área y llegó al empate en uno de los tantos centros que lanzó, éste aprovechado por Burdisso en su primer gol en primera con los pies, ya que antes los hizo todos de cabeza.
El empate puso La Bombonera en estado de ebullición y desde allí la táctica no existió. Fue una puja de voluntades entre los que querían ganar y los que querían mantener la igualdad.
En ese contexto llegó un pasaje clave. Se lesionó Cellay, lo reemplazó Ribair Rodríguez y en la primera jugada Caruzzo le cometió penal a Menéndez y se fue expulsado.
Pero Orión se quedó con el remate de Cauteruccio (de floja tarea) y enseguida Burdisso capturó otro centro de un córner y como venía metió una volea a lo Van Basten que desató la locura por el 3 a 2.
Los minutos finales fueron el ir sin tino de Quilmes y el aguantar como sea del local, para redondear un triunfo a “lo Boca”.