Jerarquía. Boca no hizo un buen partido, pero sacó provecho de la jerarquía de sus individualidades para lograr derrotar al aguerrido conjunto tucumano. Los goles fueron de Cardona y Ábila.

Con sufrimiento, pasándola mal e incluso sin merecerlo, Boca logró ayer derrotar a San Martín de Tucumán por 2 a 0 y de esa manera sacó boleto para los octavos de final de la Copa Argentina. El partido se llevó a cabo en un colmado estadio Antonio Romero, que contó con 23.000 espectadores, y los goles del Xeneize fueron anotados por Edwin Cardona y Wanchope Ábila, de penal; mientras que el arquero Andrada fue clave para sostener el triunfo del conjunto de la Ribera. En la próxima instancia Boca enfrentará a Gimnasia, un rival que le dividirá el corazón al Mellizo Barros Schelotto.

Los movimientos de Pablo Pérez y Edwin Cardona le permitieron al Xeneize adueñarse del pleito para amenazar a Ignacio Arce con la presencia de Mauro Zárate y Darío Benedetto en la ofensiva. Sin embargo, por el sector izquierdo los de Rubén Forestello se las ingeniaron para inquietar a los boquenses con las proyecciones de Fabián Espíndola. De hecho, en un mano a mano inmejorable, Espíndola no supo definir ante la salida de Esteban Andrada y el ex arquero de Lanús evitó la sorpresa. En el primer cuarto de hora, el sacrificio del Santo se imponía por sobre la calidad del Xeneize. El remate en el palo de Claudio Bieler fue otra muestra de la superioridad norteña y los del Mellizo la pasaban mal en el inicio.

Además, otra intervención de Arregui volvió a exigir a Andrada. El volante central improvisó una bicicleta hermosa para desarticular a los centrales, se perfiló y definió al segundo palo, pero el reemplazante de Rossi volvió a lucirse con un guantazo extraordinario.

Antes del descanso, un tiro libre ejecutado por el Taca confirmó la tendencia del pleito: el efecto del disparo volvió a demostrar la notable producción del arquero. Los equipos se fueron al vestuario con el resultado en blanco por un único responsable: Esteban Andrada.

En la reanudación del choque la esencia del encuentro no cambió: los pésimos retrocesos de Boca facilitaban la tarea de los delanteros de San Martín, pero la falta de precisión de Rodríguez mantuvo con vida al Xeneize.

De todas maneras, la calidad de Cardona y la efectividad de Wanchope Ábila fueron los elementos con los que Boca pudo torcer la historia.

Cardona aprovechó un avance para vencer al arquero del conjunto tucumano sobre los 30 y ya en el final, Wanchope aumentó de penal.

Sin merecerlo, Boca fue más efectivo y logró avanzar.

Fuente: Infobae.