Brian sueña con ser un gran jugador de fútbol y para eso juega en Peñarol. Pero Brian no es un pibe más entre los 130 que asisten a la escuelita de fútbol del club. Tiene un partido aparte, uno que lo hace con el corazón cada día. Él debe movilizarse arriba de un "pata pata", un pequeño camioncito de plástico que utilizan los niños para jugar, debido a que nació con un problema genético que le generó una malformación en sus piernas. Sin este objeto, es imposible que Brian juegue a la pelota junto a los demás compañeritos.

Tiene 9 años y como todo pibe tiene un sueño. Quiere ser jugador de fútbol, siendo la delantera el lugar elegido para destacarse. +Yo no me quiero ir de Peñarol, pero si un club me quiere comprar podría irme+, dijo el chiquitín entre las pocas palabras que expresó.

Brian Bordón sufre de Síndrome de Furman, que es una deformación del hueso de fémur lo que genera un crecimiento desparejo de las piernas. Esto se debe a que los genes de la madre no fueron compatibles con los del papá, explicó Marisa, la mamá de Brian, que siempre lo lleva cada martes y jueves al club Peñarol para que su hijo entrene con los demás chicos.

Pasó mucho tiempo para que Marisa llevase a Brian a entrenar, es que ella era presa de un temor. "Tenía miedo que me dijeran en el club que por la discapacidad motriz que tiene. Me sentía mal por las dudas que tuviese que llegar a casa y decirle a él que no podía. Siempre le decía 'la semana que viene', y después cuando me quedé embarazada de nuevo le decía 'después que nazca el bebé', hasta que ya no pude negarme más. Vine, hablé con el presidente de la escuelita y me dijo que lo trajera. Fue algo grandioso, me sentí muy bien y pude respirar tranquila sacándome el temor que tenía", explicó la mamá.

Brian debe movilizarse arriba de un 'Pata Pata'. "El médico me dijo que podía comprarle uno para que pueda movilizarse mejor. Para él es cómodo estar arriba de eso, aunque a veces se enoja porque no quiere bajarse", contó la madre.

Desde hace poco más de un mes, el pibe de 9 años entrena con los compañeros en el club, algo que le cayó bastante bien. Es que se hizo de nuevos amigos que lo hacen divertir en los entrenamientos. "Está esperando la hora de entrenar siempre y cuando se hace un poco tarde algunas veces, se enfada un poco porque llega tarde. La verdad que esto le hizo muy bien; él es un 'loco del fútbol', se la pasa jugando todo el día con la pelota", dijo la mamá.

A pesar de la dificultad que tiene para trasladarse, Brian juega los partidos con su división, la '92 y muchas veces es el encargado de hacer los laterales, cuando en algunas ocasiones no le llega mucho la pelota, ya que tiene movilidad sólo en su pierna izquierda.

El día de Brian siempre suele ser activo. Es que el chiquito además de hacer fútbol, realiza natación ya que es una de las cosas que forman parte de la rehabilitación que debe cumplir en su tratamiento los días lunes miércoles y viernes, que es cuando no entrena en Peñarol.

El chico debe ser operado y para eso debe viajar hasta Buenos Aires para ser intervenido en el Garrahan. En un primer término debía ser operado -para enderezarle la pierna izquierda- a mitad de año, pero como juraba la bandera pidió que se postergara. Ahora la mamá espera que el doctor ponga fecha nuevamente, pero cree que será para el próximo año. 'Pienso que será para el año que viene. Cuando lo operen a Brian deberá pararse y dejar el club por un tiempo", explicó Marisa.

Brian, desde chico, lleva una vida normal, principalmente en su actividad escolar ya que en la escuela Florentino Ameghino de Rawson y Circunvalación, siempre fueron facilitándole un curso en la planta baja. Pero para la mamá no es fácil, porque debe estar siempre en la escuela al igual que en el club ya que para el traslado al baño sólo ella es la autorizada por el niño a acompañarlo.

A pesar de tener que luchar contra su discapacidad motriz, se le presentan problemas a diario, como por ejemplo no permitirle la entrada a la cancha de San Martín en los partidos de Primera a pesar de tener un carnet de discapacidad, recibiendo respuestas de 'aquí todos pagan', según contó Esteban, su papá de corazón.

Brian es un luchador nato de la vida. No le importa si hace frío o calor, si es temprano o tarde, si es cerca o lejos. Brian siempre está dispuesto a jugar su partido.