"Nos vamos", dijo Messi y todos los jugadores argentinos enfilaron detrás del capitán. "Siempre igual acá", había dicho Lautaro Martínez. Fue la reacción de los futbolistas argentinos en solidaridad con los hinchas que estaban siendo agredidos por los torcedores brasileños y reprimidos por las fuerzas de seguridad. La previa del clásico sudamericano en el Maracaná se tiñó de escándalo y vergüenza. Otra vez.

Si bien el clima caliente se vivía desde antes, fue mientras el himno nacional sonaba en Río de Janeiro que los simpatizantes de la Albiceleste reaccionaron a los abucheos. Los brasileños comenzaron a arrancar las butacas y revoleárselas, y, ante el contraataque de los visitantes, la Policía Militar comenzó a atacar a los visitantes con sus bastones.

Frente a la salvaje represión por parte de los uniformados, los jugadores dirigidos por Lionel Scaloni se acercaron a defender a los hinchas que estaban siendo, nuevamente, castigados por gendarmes, mientras que la seguridad privada no se metía. Emiliano Martínez, Cristian Romero, Giovanni Lo Celso, Leandro Paredes y Lautaro Martínez se subieron a las escaleras que separan el campo de juego de las tribunas para ayudar a las personas con niños y a las víctimas a salir de los ataques.

Dibu incluso quiso manotearle el bastón a un agente que reprimía a los argentinos. Dio varios saltos para evitar que continuara la represión. También, trató de calmar a una mujer que estaba sobre el césped, muy alterada.

Luego de más de cinco minutos, Lionel Messi, seguido por todo el plantel, le anunció al árbitro Piero Maza que no disputarían el partido hasta que no estuvieran dadas las condiciones y salieron para el vestuario. A la par de este momento, dos de los fanáticos que fueron sacados por la zona de seguridad fueron llevados en camilla, uno de ellos con toda la cara ensangrentada.

Mientras los futbolistas se encontraban esperando que desde la Conmebol les aseguraran que ya estaba todo normalizado y que no volvería a suceder la represión. Más de diez minutos después, y tras la intervención de Claudio Tapia, los futbolistas regresaron y el partido comenzó, con el clima aún caldeado.

Esta no es la primera vez que sucede esto en Brasil con los hinchas argentinos en este año. A principios de este mes, los hinchas de Boca habían sido fuertemente reprimidos en la previa a la final de la Copa Libertadores, y antes fueron agredidos los simpatizantes de Argentinos Juniors y Racing. En todas las ocasiones sucedió en Río de Janeiro.

 

La Joya, ni al banco

El entrenador, Lionel Scaloni, decidió dejar afuera del banco de suplentes ante Brasil a jugadores con mucho peso. El caso más destacado es el de Paulo Dybala, campeón del mundo en "Qatar 2022", pero que claramente hoy no está entre los preferidos del DT. Más aún si se recuerda que el cordobés de la Roma de Italia no tuvo minutos en el clásico rioplatense ante Uruguay, en la Bombonera, cuando justamente la Argentina cayó 2-0 y necesitaba alternativas en la ofensiva.

Otros dos jugadores que fueron descartados por Scaloni previamente resultaron los llamados por primera vez: Francisco Ortega y Pablo Maffeo. Ambos laterales deberán esperar para tener su debut en la albiceleste Mayor luego del llamado por parte de Scaloni por primera vez. Los otros futbolistas excluidos del banco resultaron Walter Benítez y Lucas Martínez Quarta.