Pura tristeza. Los jugadores de River y su cuerpo técnico observan la coronación de los brasileños. La frustración se le nota en las caras. Fue una derrota sorpresiva, inesperada. Estuvieron ahí de lograr el objetivo pero se quedaron con las manos vacías.


Parecía abrochado. Parecía definido. Parecía un sueño a punto de ser realidad. Era, tocar el cielo con las manos. Y de pronto... plaf, todo al infierno. En un abrir y cerrar de ojos. En exactamente tres minutos. En un interín que a ningún hincha se le pasó por la cabeza. Ni siquiera a los hinchas brasileños. Así lo perdió River. Así lo ganó Flamengo. Así se definió la Copa Libertadores de América. Tan increíble como cierto...

Que le haya pasado ésto a un equipo como el River de Gallardo es llamativo. Porque dejó escapar una victoria que tenía en sus bolsillos, después de haber jugado un buen partido. De haber dominado estratégica y anímicamente a un Flamengo que parecía aturdido. Pero claro, esto es fútbol. Y en el fútbol todas las posibilidades siempre están abiertas. Hasta el último minuto, hasta el último segundo.

River jugó un muy buen primer tiempo. No sólo maniató al equipo brasileño con una marca molesta, pegajosa, sino que metió algunas contras que dejaron tambaleando la defensa del rival. Y en una de esas respuestas rápidas abrió el tablero. Flamengo siguió perdido. Jamás pudo encontrar salvación para salir de su juego tibio que, a pesar de tener momentos dominantes, no apareció.

Y el complemento arrancó igual. Con River haciendo valer con carácter su dominio táctico y estratégico y con Flamengo poniéndose más nervioso porque encima empezó a luchar contra el reloj.

Pero a medida que se acercaba el final, el equipo Millonario sentía aún más el esfuerzo que había hecho. Ya no marcaba como antes. Flamengo empezó a encontrarse con su fútbol. Gallardo metió mano desde el banco pero los cambios no le reportaron nada. Pratto lento, Alvarez irresoluto.

Y de pronto, cuando ya caía el telón, llegó el empate de "Gabigol". Una pelota perdida por Pratto que propició una contra rival. Ahí nomás el segundo del goleador tras una desinteligencia de los centrales de River. Y ahí, chau Copa. Adiós ilusiones.

Táctica y estratégicamente River dominó gran parte del partido. Pero se cansó y lo pagó caro.

Un final impensado

Festejo brasileño. Los jugadores del Flamengo con la copa en pleno festejo en la ceremonia de cierre. Alegría indescriptible.

River se quedó sin resto físico en los últimos minutos y terminó perdiendo 2-1 con Flamengo de Brasil la final de la Copa Libertadores con los goles de Gabriel "Gabigol" Barbosa, goleador y figura del certamen.

La ilusión Millonaria se esfumó en los últimos minutos después de haber disputado un gran primer tiempo y gran parte del segundo.

El gol del equipo de Núñez llegó en su mejor momento en el primer tiempo con el desborde de Ignacio Nacho Fernández que Suárez no capitalizó, pero encontró a Rafael Borré de cara a Diego Alves. El colombiano no dudó y colocó la pelota en una esquina, abajo.

River hizo un gran desgaste en el primer tiempo algo que le pasó factura en el segundo. Entonces el equipo de Gallardo priorizó la defensa y fue cuando Flamengo encontró espacios. El ingreso de Diego en el "Fla" le dio más verticalidad. Y el equipo brasileño, alentado por su gente, fue en busca del empate hasta el final. A los 44" un desborde de Bruno Henrique propició la aparición de "Gabigol", quien no perdonó, y tres minutos después el mismo jugador se hizo héroe con el segundo gol que definió el partido.