Gran juego. Julián Tamborindegui trata de eludir la marca de Daniel Oliveira. Portugueses y mendocinos jugaron un entretenido partido.


 

Cuando el Porto clavó dos goles antes de los 5" todo parecía que se le simplificaría al equipo europeo ante Murialdo de Mendoza. Pero nada de eso pasó, porque los mendocinos apretaron los dientes y fueron al frente. Entonces, en base a un despliegue admirable empezaron a equilibrar el juego y, de paso, también a hacer goles.

El partido se hizo de ida y vuelta. Con el frenesí puro del hockey. Con grandes jugadas, con atajadas espectaculares y con goles para todos los gustos. El tablero, antes de irse al descanso, se cerró con un cerrado 4-3 en favor de Porto.

El complemento dio más de lo mismo, pero como los dos ajustaron marcas en defensa y no salieron tanto para no desprotegerse, se dieron menos goles. Lo mismo, Porto siguió con su juego preciosista mientras que Murialdo con su entrega y corazón (también tuvo un juego inteligente y efectivo) emparejó el trámite.

Los mendocinos que estaban en las tribunas tocaron el cielo con las manos a los 19" cuando Julián Tamborindegui estampó el 5-5 impensado.

Felices. Giulio Cocco (7), Nalo García (57) y Alves festejan uno de los goles lusitanos. La balanza se inclinó recién en el final en favor de Porto.

El partido entró en una fase de puro nervio y fue en ese momento cuando apareció un sanjuanino en escena: Nalo García. Marcó un tanto a pura fortaleza y dejó casi sin reacción a Murialdo. Encima un minuto después Cocco puso el marcador 7-5 para afirmar la levantada portuguesa.

Lo ganó el Porto porque tuvo efectividad en el momento clave. Mañana jugará frente al Barcelona la final. Eso sí, ellos ya se conocen de memoria. Seguro saldrá un partidazo.