Buenos Aires, 8 de marzo.- La noche en el Libertadores de América comenzó siendo un infierno. Independiente salió con la obligación de conquistar los tres puntos para escaparle al descenso y demostró sus intenciones desde el inicio.
Todavía no se abría el telón del primer acto y Julián Velázquez estrellaba un cabezazo al travesaño ante la mirada de Nélson Ibañez. El “Diablo” se mostraba agresivo y sin piedad. El mano a mano desperdiciado por Caicedo ante el arquero del “Tomba” confirmaba la hipótesis.
Sin embargo, los mendocinos mostraban sus armas para afirmar que querían llegar a lo más alto del Torneo Final. Los pases en profundidad de Alexis Castro hacia Mauro Obolo y Facundo Castillón eran las herramientas más preocupantes para la defensa del “Rojo”.
Los minutos pasaban y la caldera estaba cada vez más caliente. Las tribunas hacían temblar los cimientos de un estadio colmado de par en par, y las atajadas de Ibañez llevaban a una desesperación cada vez más grande porque el gol no se hacía presente.
En el complemento el encuentro pareció enfriarse. Pero las emociones volvieron a surgir cuando Caicedo aprovechó un error defensivo, que al momento de convertir su primer gol en Independiente, la “caprichosa” le dijo que no y rebotó contra el palo.
Para desgracia de Gallego, en el contragolpe de la situación más clara de la segunda etapa, Alexis Castro definió desde afuera del área con un disparo rasante que dejó sin posibilidades a Diego Rodríguez y marcó el 1 a 0, para llevar al equipo de Martín Palermo a la cima del torneo.
Con la desventaja y la necesidad imperiosa de la victoria, el “Tolo” comenzó a realizar variantes ofensivas para poner toda la carne en el asador. Farías, Santana y Benítez saltaron al campo de juego para poblar el área de Ibañez que no paraba de volar de un palo al otro para ahogar todos los gritos endiablados.
Con una enorme visión del partido, Martín Palermo también modificó el once inicial, pero sus cambios los pensó para poder contrarrestar las agresiones del "Rojo" de contragolpe. El ingreso del “Mago” Ramírez le dio la posibilidad de enfriar el cotejo y hasta pudo ampliar la diferencia si no fuera por Diego Rodríguez que intervino de manera muy efectiva en sus tres participaciones riesgosas.
La justicia no se puso "colorada" en Avellaneda. El partido se moría e Independiente no se resignaba. Caicedo, el hombre más peligroso de la noche, también intentó desde lejos y una vez más el poste le negó el gol. Ya no quedaban argumentos para afirmar que el “Rojo” se merecía una victoria en su estadio, pero la suerte le jugó en contra.
Con esta derrota, el equipo de Américo Gallego igualó el promedio de Quilmes, que juega el lunes ante Argentinos, mientras que Godoy Cruz llegó a la punta del torneo y entusiasma a una provincia que brinda con vino cosecha 2013.