Paquete. El hotel de los argentinos es impresionante. Y es tan grande que hasta hay un shopping, con supermercados, tiendas y restaurantes.

Si alguien puede imaginarse un hotel de las características del Jinling de Nanjing sería merecedor de un premio. Es decididamente espectacular. De cuatro estrellas, según está encasillado por el catálogo de hoteles, pero de muchas más estrellas por todo lo que ofrece. Y en él están todos los argentinos. No sólo los chicos del hockey sobre patines, sino los de patín carrera y, sobre todo, los de patinaje artístico, lejos el grupo más numeroso.

Para describir el Hotel Jinling vale ir por partes. De entrada, está ubicado en una zona privilegiada. Casi céntrica podría decirse, porque confluyen distintas avenidas y está en el corazón de los edificios altos. Eso es impactante. Tiene dos entradas distintas, que a su vez poseen cuatro carriles para el ingreso de movilidades. En el frente está la parte "vieja" del hotel. En el fondo, lo que desde hace poco es el ingreso nuevo.

El lobby de ambos es grandísimo. En el primero es donde están todos los deportistas de estos Juegos Mundiales del Patín. Apenas se ingresa, el propio lobby tiene un segundo piso tras subir por unas escaleras. Todo es "paquetón". Inclusive ayer hubo en ese lugar un casamiento.

Además, en el propio lobby, hay distintas salas de reuniones. El comedor -que es gigantesco- está también ahí. Tiene una galería con un salón de compras de ropa y regalerías, que comunica con la parte nueva. Si uno avanza por esa galería hay una sala de descanso en la que permanentemente una pianista ofrece su bella y melódica música al que pasa por el lugar.

Después se conecta con dos escaleras mecánicas que van al subsuelo. Y ese lugar tiene una comunicación interna con el subte que, a cien metros, pasa por ahí. También en ese lugar hay tiendas de distinto tipo.

Todo está comunicado por escaleras mecánicas. Impera la limpieza. Cada detalle. Los chinos, se sabe, son ordenados, pero en este hotel todo parece magnificarse y orillar la perfección.

En cuanto a alturas, ambos edificios son gigantescos. En la parte donde están las delegaciones son 36 pisos (los jugadores y jugadoras de hockey sobre patines están todas alojadas en el piso 15). En la parte nueva, los pisos suben hasta 47. Imponente.

Además en el hotel hay un gimnasio notable, con aparatos para todo. También un natatorio.

Volviendo a los comedores. Además del principal ubicado en planta baja, hay otros dos. Uno en el subsuelo. El otro en el primer piso. En todos los argentinos han almorzado y cenado. Si bien la comida no es común para nosotros, los argentinos, los empleados se esfuerzan para darnos todos los gustos. El Jinling Hotel, un lujo con todas las letras. Un hotel difícil de ver en la Argentina.