El reinado de esta generación de futbolistas del seleccionado argentino parece estar llegando en Rusia al final de su camino de casi una década de recorrido, y, tristemente, con la latente posibilidad de no haber podido levantar una copa en todo su trayecto, dejando una impronta en el tiempo que los marcará como un grupo de autogestión que siempre estuvo por encima de los entrenadores de turno.


Lo sufrió Alejandro Sabella ya en 2014 pese al subcampeonato del mundo. Lo padeció Gerardo Martino cuando la AFA post Julio Grondona estuvo dos años acéfala. Lo dejó sin respuestas a Edgardo Bauza cuando la clasificación al Mundial empezó a estar en peligro. Todo eso recibió Jorge Sampaoli y ahora amenaza con llevárselo puesto más temprano que tarde en pleno Mundial de Rusia, sabiendo el DT que quedará sin razón el contrato vigente que tiene de llegar hasta el 2022 si el martes próximo la Albiceleste debe tomarse el avión de regreso.


Las versiones sobre lo acontecido antes y después del partido ante los croatas tienen datos verosímiles en algunos casos y no tanto en otros.


Se habló del disconformismo del ayudante de campo Sebastián Beccacece con Sampaoli por el planteo ejecutado el jueves en el 0-3 con Croacia antes del partido. Verdad.


Se señaló que después del empate con Islandia, los jugadores, que siempre con Messi y Javier Mascherano a la cabeza tienen injerencia en el armado del equipo desde la época mencionada, le cedieron al técnico el mando absoluto para enfrentar a los croatas, con el diseño que a él mejor le pareciera. Verdad.


Se dijo antes del partido; en realidad lo manifestaron los propios excluidos, Marcos Rojo y Ángel Di María, que algunos referentes estaban molestos por la sangría de históricos que practicaba Sampaoli entre un encuentro y otro. Verdad.


Se expresó que pese a darle a Sampaoli poderes plenipotenciarios (en realidad sería lo más lógico), los jugadores que componen el núcleo fuerte de esta Selección no estaban de acuerdo con el sistema establecido para enfrentar y tratar de doblegar a los croatas en un partido clave para la ahora dudosa clasificación a los octavos de final. Verdad.


Se aventuró que en el post partido con Croacia hasta hubo una especie de asonada de los futbolistas para apartar de la dirección técnica al entrenador y que lo suplante para el encuentro con Nigeria el director de selecciones, Jorge Burruchaga, pero que luego esto fue parado a tiempo. El disparador fue una declaración de Sergio Agüero desvalorizando unas explicaciones de Sampaoli respecto de las razones por las que se había perdido con Croacia. Mentira.


Pero como entre la verdad y la mentira hay un recorrido tan breve como el que hizo antenoche Messi en el estadio de Nizhny Novgorod, donde tuvo registros de velocidad en sprint ínferiores inclusive a los de los jugadores españoles Sergio Busquets y Andrés Iniesta, que precisamente no se caracterizan por su explosión en los piques, lo que el jueves no fue bien puede suceder mañana.


Lo único real y concreto es que algo bien identificado se rompió entre el técnico y sus dirigidos, y ningún resultado favorable lo va a cambiar. Porque los milagros no existen, y para que se produzcan es necesario que aparezca un santo salvador, que como quedó visto en este Mundial, ya no parece ser Messi.


Y Sampaoli no es San Paoli. Es un técnico con el que esta "Generación Messi" puede despedirse de su propia historia dejando una estela de frustraciones por no haber alcanzado la gloria pese a tenerla más de una vez al alcance de la mano. El martes, ante Nigeria, tienen la última oportunidad para esquivar este balazo.

"Este no es el equipo de los amigos míos: acá juegan los que elige el entrenador".
Lionel Messi / Capitán

Dato

Sampaoli nunca pudo repetir la misma formación en los 13 encuentros que dirigió a la Selección.

Se vienen los cambios


Con la posibilidad matemática de meterse en octavos de final, la Argentina comenzó ayer con su preparación del encuentro clave ante Nigeria del próximo martes. En ese sentido, y si bien se trata de especulaciones alrededor del entrenador Jorge Sampaoli, la idea del santafesino sería modificar nombres y sistema para toparse con los africanos. Sin dudas, la mayor incógnita se encuentra en el arco donde Wilfredo Caballero seguramente perderá la titularidad para el ingreso de Franco Armani, quien fue relegado en los primeros dos juegos.


En el fondo, la idea sería volver a la línea de cuatro que tan bien les sienta a los propios futbolistas, aunque no tanto al DT. Por derecha se pararía Gabriel Mercado, la zaga central la integrarían Nicolás Otamendi y Marcos Rojo, mientras que por la izquierda se ubicará Nicolás Tagliafico. En la zona de volante, nuevamente habría un póker de integrantes: Javier Mascherano y Ever Banega componiendo el doble cinco; a sus costados se ubicarían Cristian Pavón (por la derecha) y Marcos Acuña por el sector opuesto. Estando arriba, bien de puntas, Lionel Messi y Sergio Agüero, pese a las declaraciones donde dejó bien de manifiesto su malestar con el entrenador por haberlo sacado ante Croacia.


Hoy habrá una nueva jornada de entrenamiento y podrían empezar a aparecer algunas certezas.