Buenos Aires, 28 de octubre.- Los superclásicos no se terminan hasta que se terminan. Parece una frase hecha, pero con tanta verdad como redundancia. En el primer duelo luego de su regreso a primera, River le ganaba 2-0 a Boca, con autoridad y justicia, pero sobre el final, los xeneizes marcaron la igualdad y acallaron a un Monumental que se preparaba para festejar.
River se apoderó del juego desde el arranque. No era como para menos: un fuerte disparo de Ponzio, de tiro libre, al minuto y medio de juego, rozó la red y despertó un júbilo de gol de todo el Monumental. La floja reacción de Orión desdibujó, quizás, la calidad del remate. Pero el efecto fue el mismo, los millonarios, apoyados en el 1 a 0, se adueñaron del partido.
Luego, la banda siguió aprovechándose de la ineficiencia defensiva de Boca, que logró sobrevivir por la seguridad que aportó Guillermo Burdisso. Pero fue la rapidez de Rodrigo Mora la que desbordó las espaldas de Clemente Rodríguez y entendió el punto flojo de Boca.
En la delantera de Boca, en cambio, las ideas no enlazaban al punto de generar peligro en el arco defendido por Marcelo Barovero. La primera jugada de riesgo xeneize llegó a los 34 minutos: fue un débil cabezazo de Viatri que terminó en las manos de ex Vélez y Huracán.
Así, el primer tiempo se diluyó entre la falta de ideas y el juego brusco avalado por Pablo Lunatti, de irregular desempeño.
Luego del descanso, los roles se invirtieron. Con Falcioni expulsado por ingresar tarde, y con Lautaro Acosta en lugar de Clemente Rodríguez, Boca se vistió de protagonista. En pocos minutos, puso a River en su arco y generó las situaciones más claras. Sin embargo, el pasar de los minutos aplanaron el encuentro y el desorden brilló en el centro de la escena.
Boca siguió sufriendo en el fondo y, a los 25, Mora marcó el 2 a 0. El uruguayo entró habilitado al área, eludió a Orion y definió de manera precisa para despertar el segundo grito de gol. River festejaba. Boca era acosado por la incertidumbre y la desazón.
Pero una luz de esperanza renació cinco minutos después. Acosta cayó en el área millonaria y Lunati, acertadamente, cobró penal. Fue el uruguayo Santiago Silva el que lo cambió por gol y realzó las ilusiones de los cinco mil hinchas que llenaron la tribuna visitante.
Ya con el tiempo de descuento en juego, y luego de una mala definición de David Trezeguet, Silva habilitó con el pecho a Erviti, que logró desprenderse de la marca de Botinelli y definió ante la salida de Barovero para sellar el 2 a 2.
El festejo fue xeneize. La desazón y la incertidumbre, millonaria. Parece una frase hecha, pero los superclásicos no se terminan hasta que se terminan.
Síntesis
River: Marcelo Barovero; Gabriel Mercado, Germán Pezzella, Jonathan Bottinelli, Ramiro Funes Mori; Carlos Sánchez, Leonardo Ponzio, Ezequiel Cirigliano, Martín Aguirre; Rodrigo Mora y David Trezeguet. Director técnico: Matías Almeyda.
Boca: Agustín Orion; Emiliano Albín, Rolando Schiavi, Guillermo Burdisso, Clemente Rodríguez; Cristian Chávez, Leandro Somoza, Walter Erviti, Juan Sánchez Miño; Lucas Viatri y Santiago Silva. Director técnico: Julio Falcioni.
Goles: en el primer tiempo, 1m Ponzio (R). Segundo tiempo: 24m Mora (R); 30m Silva (B); 46m Erviti (B).
Cambios: en el primer tiempo, 4m Leandro González Pírez por R. Funes Mori (R); 13m Ariel Rojas por Aguirre (R). Segundo tiempo: al inicio, Lautaro Acosta por Rodríguez (B); 22m Nicolás Colazo por Sánchez Miño (B); 34m Leandro Paredes por Chávez (B); 41m Gabriel Funes Mori por Mora (R).
Arbitro: Pablo Lunati.
Cancha: River.

