“Esto no es un fracaso, es una frustración”. Eso dijo Sampaoli tras una derrota decorada con el gol de Agüero al final pero que en el juego Francia fue muy superior. Esta es la Argentina que venía de perder en tres finales y ahora quedó afuera en octavos. Entonces, es fracaso aquí y en la China. No hay término medio a la hora de evaluar este Mundial: empató con Islandia (primera participación), perdió por escándalo con Croacia, ganó faltando pocos minutos con Nigeria y perdió sin atenuantes con Francia. 


Pero como los resultados tienen contenido, en ese análisis también se encuadra el fracaso.  Argentina nunca jugó bien, nunca. El DT jamás encontró el sistema. Defendió con cuatro, defendió con tres. Atacó con un punta. Atacó con un ‘falso 9’. Probó a Lo Celso en la previa del Mundial y después lo borró. Enzo Pérez no estaba en los 23 y fue titular en los dos últimos partidos. Eligió a Caballero y se equivocó. 


Es fracaso porque nunca Sampaoli tuvo manejo de grupo. Porque lo manipularon, hicieron lo que quisieron con el DT. Que juegue ‘la vieja guardia’ fue –a las claras- un pedido de la ‘mesa chica’ del equipo. Cuando hizo la suya, que fue en el partido con los croatas, defendió con tres y puso de carrileros a Acuña y Salvio, se comió una goleada con papelón incluido. Por eso debió caer en las manos del grupo y ser rehén de sus caprichos. 


Si la Argentina llegaba a instancias finales, la palabra ‘fracaso’ se ponía en discusión en la medida que la estadía en esas instancias fuera por buen rendimiento. Pero esta eliminación temprana es un golpe tan duro como aquel de Bielsa en el 2002. Con la enorme diferencia que aquel técnico era –lo sigue siendo- un señor adentro y afuera de la cancha, además de un estratega reconocido en todo el mundo, pero con una tozudez que lo condenó al fracaso.


Sampaoli resultó ser peor en la gestión del fútbol que su antecesor Bauza, que se tuvo que ir por la puerta de atrás, con la diferencia que ‘El Patón’ es un tipo querido en el ambiente del fútbol. Se involucionó, con este técnico no se aprendió nada. Argentina perdió en todos lados, no sólo en la cancha.