Agua bendita. La Vuelta de 2019 tuvo de todo. Todos los paisajes, todos los climas, toda la gente. Los ciclistas soportaron estoicamente la persistente lluvia que los bañó el sábado empujados por el aliento del numeroso público que los acompañó en todo el trayecto.

Todas las carreras del ciclismo sanjuanino tienen su atractivo particular, pero como se afirma en el ambiente: "La Vuelta... es la Vuelta". Tanto así es que la que hasta 2016 era denominada "la carrera de los sanjuaninos" y desde hace tres años por obra y gracia de la decisión gubernamental tomada por Sergio Uñac de inscribirla en el calendario UCI para cubrir el hueco que dejó abierto el Tour de San Luis, la carrera comenzó a dejar de ser propiedad exclusiva de los habitantes de esta tierra árida, donde al verde hay que hacerlo, en la que están tan arraigados algunos deportes que por vivirse de otra manera orgullosamente se cree que son solo nuestros, como el ciclismo -tema en cuestión- y el hockey sobre patines.

En 2017 se empezó con muchas ganas e ideas pero poca experiencia, para colmo en la primera etapa hubo un error de demarcación en los metros finales y algunos ciclistas equivocaron el camino correcto. Ese contacto con el Primer Mundo ciclista fue positivo. Por entonces, alcanzaban los dedos de una mano para contar a los sponsors.

El año pasado la cosa mejoró bastante. Un organizado y eficiente trabajo del personal afectado, con mayoría de la Secretaría de Estado y Deportes que conduce Jorge Chica, al que se adosó la labor de otros ministerios y fuerzas de seguridad permitió que algunos equipos eligieran venir a San Juan no sólo porque el clima es ideal para tener continuidad de entrenamientos sino porque la carrera tenía un nivel aceptable para iniciar sus temporadas competitivas.

Con dos ediciones en la bolsa el gobierno redobló la apuesta. Aconsejados por Gabriel Curuchet, presidente de la UCRA (Unión Ciclista de la República Argentina) y los managers deportivos que tiene la competencia, Uñac y Chica viajaron a Francia para ver, in situ, dos etapas del Tour, pero, fundamentalmente para dar un paso gigante en pos de la autosustentabilidad de la carrera. Firmaron un contrato con ASO (Amaury Sport Organisation) grupo de medios franceses organizadores del Tour y colaboradores de la Vuelta a España, que se encargan de promocionar varias clásicas y otras carreras. La idea era que la empresa gala "vendiera" la Vuelta de San Juan.

El primer objetivo fue coronado exitosamente. La carrera se vio por televisión en 200 países y se transmitió en 18 idiomas. Además la cifra de sponsor llegó a la suma de 30 manos, 150 empresas apoyaron en mayor o menor medida.

El espectáculo deportivo fue brillante. En San Juan se vieron embalajes que se darán en el Tour, el Giro o la Vuelta a España. Que hayan asistido por primera vez dos figuras estelares como Nairo Quintana y Peter Sagan motivaron que aficionados de todo el país cambiaran el mar por las montañas.

Al balance, altamente positivo, se debe agregar un hecho que sirvió para que los medios capitalinos, especialmente los televisivos, se sacaran las anteojeras que los lleva nada más que detrás de una pelota de fútbol. El elevado número de adhesiones al streaming (transmisión en vivo por Internet) de la TV Pública llegó casi a 1,3 millones de visitantes, circunstancia que abrió las puertas de la edición de aire a un resumen de una hora desde el jueves. Enero tiene poco fútbol, por lo que no sería descabellado pensar que el año próximo alguna o varias cadenas podrían comprar los derechos para que la carrera se vea en vivo y directo en todo el país.

La carrera de los sanjuaninos pasó a ser, orgullosamente, la carrera de los argentinos.

Argentina toda

1,3 Son los millones de personas que vieron la televisación que emitió por internet la TV Pública. Sin contar los que se sumaron al streaming oficial de la organización y de ESPN.