Nunca, desde los cinco años cuando empezó su berretín con el BMX en la "vieja", ahora remozada, pista que el "Bicicross San Juan" tiene en Villa Krause, Gonzalo "Chalo" Molina estuvo tanto tiempo sin poder elegir el mejor ángulo para entrar a la curva aprovechando el envión de la bajada de una loma. Obligado por la pandemia del coronavirus, el olímpico sanjuanino, actual número 12 del ranking mundial, debió suspender su actividad competitiva que incluía la participación en varias pruebas en distintos países con el objetivo de reafirmar sus chances de obtener el único pasaporte que tiene el bicicross argentino para "Tokio 2020". En ese largo interín de más de tres meses, "Chalo" trataba de mantener su forma física con ejercicios físicos y sesiones de rodillo en su casa. Esa monotonía se rompió cuando comenzó habilitaron las "salidas" a circuitos de montaña.

"Las sensaciones fueron espectaculares. Volver a sentir la adrenalina fue muy bueno. No hice tiempos, estoy algo duro e iré poco a poco buscando el ritmo necesario para competir", contó. Ayer, luego de 110 días, aproximadamente, Gonzalo volvió a la ropa de competición, al casco negro que lo caracteriza y llenó sus pulmones del aire fresco cortado con su raudo pedaleo buscando recuperar en un instante todo el tiempo perdido.