No fue fácil este 2020. Con los clubes a puertas cerradas y sin ingresos de ningún tipo, la crisis golpeó de la peor manera pero la Secretaría de Deportes trató de asistir ya sea con subsidios o con contención bajo sus distintos programas.

Uno de los grandes aciertos fue la implementación del PESID. Se trata del Programa de Emergencia Sanitaria de Instituciones Deportivas que colaboró con las instituciones deportivas en tiempos donde la actividad estuvo frenada en su totalidad por la pandemia. La Secretaría cuenta con alrededor de 500 instituciones inscriptas que realizan algún tipo de actividad física, entre ellas, 289 clubes deportivos solicitaron ayuda económica a través del PESID que generalmente se presentó como una ayuda para pagar servicios esenciales. 

Teniendo en cuenta la difícil situación del país, continuaron brindando la copa de leche y asistencia para chicos que se realizó mediante los programas Líderes Barriales, Deporte Adaptado y Formación Deportiva donde también se entregaron kits alimentarios. En ese marco, tuvo lugar el programa denominado "Voluntarios por nuestros abuelos" que se implementó para contener a los adultos en pandemia. Se movilizaron 62 voluntarios del Gran San Juan y 25 de zonas alejadas ya sea para la entrega de módulos alimentarios y kits de limpieza, además se brindaron clases de folklore, manualidades, educación física y hasta competencias de cocina, todo de manera remota en donde se enseñó a los adultos a manejar las plataformas virtuales. 

Bajo el Programa "Yo amo a mi club" se continuó asistiendo en la materia jurídica y contable a las instituciones: en este 2020 se logró asistir a 672 instituciones deportivas, pero no todas llegaron aún a registrarse como tales bajo la órbita de la Secretaría de Deportes. También se le dio continuidad a la capacitación para dirigentes y formadores con las diferentes diplomaturas mediante el convenio entre la Secretaría de Deportes y la Universidad Católica de Cuyo, aunque esta vez el dictado fue virtual. 

La Secretaría brindó también un subsidio para futbolistas de Primera A y Primera B que sin actividad futbolística muchos debieron reinventarse para hacerle frente a la dura situación. De esta manera, en un año atípico, la Secretaría de Deportes fue un apoyo fundamental para el deporte local.