Es el lugar que simboliza el poder más absoluto y donde funciona, desde 1991, el gobierno del presidente.

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Ubicado en el corazón de Moscú, frente al río Moscova y al este de la Plaza Roja, el Kremlin es una fortaleza (eso significa su nombre) de 28 hectáreas que incluye palacios, monumentos, museos, iglesias y catedrales.


Sus orígenes se remontan al siglo XII, cuando era una ciudad medieval con construcciones de madera que con el paso del tiempo se reconvirtieron en la sede del príncipe de Moscú.


Rodeado por la Muralla del Kremlin de ladrillo rojo y 18 metros, con 20 torres de hasta 80 metros, esta fue construida entre los siglos XV y XVI. No se tratan de los muros originales que fueron construidos de madera durante la fundación de la ciudad, allá por el año 1147.


Fue durante el reinado del príncipe Iván III que el espacio fue remodelando. Se incorporaron nuevas murallas y torres, con distintas alturas y formas. Cuatro de ellas sirven de acceso a la fortaleza, siendo la torre de la Trinidad la entrada principal.


Allí dentro están los edificios del Senado (la residencia de trabajo del presidente Putin), y otros administrativos que pertenecen a la Oficina de Comandancia y el Servicio Federal de Seguridad. Estos no son visitables y se encuentran fuera del alcance de los turistas.


Durante el periodo soviético se destruyeron 28 de los 54 edificios dentro del complejo. En 1947, por orden del jerarca José Stalin, los muros se pintaron de rojo, el color de la revolución y del comunismo.