Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 recibieron ayer la antorcha en una ceremonia de bajo perfil en la capital de Grecia, en medio de un brote de coronavirus que ha puesto en duda la celebración del evento.

En una breve ceremonia sin espectadores en el estadio Panathinaikó de Atenas, donde se celebraron los primeros Juegos de la era moderna en 1896, la antorcha fue recibida por el representante de Tokio 2020, Naoko Imoto.

La llama llegará hoy a Japón, donde comenzará un recorrido de relevos a partir del 26 de marzo. La celebración de los Juegos está prevista entre el 24 de julio y el 9 de agosto.

La magnitud de la propagación del coronavirus generó dudas sobre si los Juegos podrán celebrarse. No obstante, el Comité Olímpico Internacional (COI) y el gobierno japonés han insistido en que se celebrarán.

El jefe del Comité Olímpico Griego, Spyros Capralos, entregó la antorcha al exnadador olímpico japonés Imoto frente a las vacías gradas del vasto estadio, con capacidad para 50.000 personas.

La llama fue trasladada entonces a un pequeño receptáculo para viajar a Japón a bordo de un avión especialmente acondicionado llamado "Tokyo 2020 Go".

Solo unas pocas decenas de representantes pudieron estar presentes en el estadio ateniense.

El jefe de Tokio 2020, Yoshiro Mori, dijo en un mensaje en video que espera que la llegada de la llama olímpica ayude a "retirar las nubes oscuras que tapan el mundo. El avión aterrizará el viernes en la Base Aérea de Matsushima, antes del comienzo del relevo desde la prefectura de Fukushima, que sufrió un gran terremoto y tsunami en 2011.


Coe pide paciencia
 

El presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), Sebastian Coe, consideró ayer que "no hay necesidad de tomar decisiones apresuradas" sobre los Juegos de Tokio 2020.

"Todavía quedan cuatro meses. Todo es posible y si hay que ajustar las fechas, lo haremos. Todo cambia continuamente y es una decisión que no puede ser tomada ahora", analizó Coe.