Desamparados juega bien, sabe lo que quiere y tiene recambio. Esa última cualidad, sumado al trabajo táctico de Ricardo Dillon fueron visagra para revertir el resultado y encontrar en el segundo tiempo los dos goles que le dieron el primer triunfo del año por 2-1 sobre Cipolletti. Se lo mereció, porque durante casi 75 minutos de los 90 que tiene un partido, fue el dominador y dueño de las situaciones. Los 15 minutos que faltan para ser perfecto, fueron producto de las desinteligencias y desesperación luego del tanto de Cipolletti.

Aunque aquel grito de Daniel Carou a los 27′ del periodo inicial fue tan injusto porque sólo había tenido un remate en el travesaño y nada más. Porque Desamparados arrancó el segundo juego en casa presionando bien arriba, jugando como es el estilo de Dillon y que lo viene manteniendo con el transcurrir de las fechas. Apostando por izquierda con el Pelado Díaz y Adrián Benito como puntales de presentación.

Ese apriete puyutano en mitad de cancha lo llevó a Cipolletti a perder la pelota. Sportivo recuperaba rápido y salía por los costados. Aunque le faltaba la precisión ofensiva, la última puntada, porque insinuaba sólo con los disparos de larga distancia de Nery Lima.

Pero en esa ambición que se negaba, Carou, lo mejor en el equipo rionegrino por pegada, panorama y creación metió un remate que devolvió el travesaño. Signo de alerta y de estar vivo pese a no tener la pelota. Y ello se tradujo a los 27′, cuando salió la contra, Alecha desbordó, mandó el centro y ante un Pelayes fuera de escena, Carou definió.

Ahí llegó el bache en la noche puyutana, porque Sportivo perdió la presión, ya no explotó los lateralesy se olvidó de jugar por abajo. Lamberti rotó con Benito. Lima y Sánchez se molestaron cuando iban en busca del balón. Estaba claro que el gol trajo sus consecuencias.

Pero llegó el respiro, que fue el entretiempo y en donde todo cambió. O Desamparados volvió a ser el del inicio, nada más que más aguerrido y con convicción de saber que poder no era tan difícil. Dillon mando a la cancha a Matías Garrido y éste le cambió la cara al equipo y Lamberti se paró de volante central.

Iban apenas dos minutos y tras el tiro de esquina Mauro Palomeque se elevó en el primer palo para poner la paridad de cabeza.

Ese inicio fue con todas las luces. Parisi lo tuvo de cabeza, Benito probó de afuera. Incluso hasta pudo ser penal cuando a Lima lo bajó Lópes Carrizo. Pero todo era desde afuera, con centros, sin poder penetrar ni sevirla por abajo.

Cipolletti aguantaba y en ese interín Pelayes le sacó el segundo a la visita tras el remate de Carou.

El gol había que esperalo, pero la ansiedad era más y Dillon se la jugó, sacó un defensor para poner a un creador como Romero y se fue en busca del premio mayor, que llegó a los 31, Lima mandó el centro, la dejaron pasar y apareció el goleador puyutano, Gonzalo Parisi para poner justicia y darle un triunfo altamente merecido y festejado.