Después de casi cuatro meses de aquella noche luctuosa signada por la tragedia áerea en su traslado a Medellín que diezmó al plantel brasileño (hubo 71 muertos y seis supervivientes), Chapecoense recibió a Lanús por la segunda fecha del Grupo 7 de la Copa Libertadores. Los locales llegaban con una victoria por 2-1 en su debut ante Zulia en Maracaibo, mientras que los argentinos cayeron como locales frente a Nacional. En este contexto, el Granate logró hacerse fuerte en una cancha difícil y se impuso 3-1 en el Arena Condá de Chapecó. 

 

El partido tuvo dos tiempos bien distintos entre sí: el primero, aburrido y trabado; y un segundo entretenido con situaciones para ambos conjuntos. El trámite de los primeros 45′ fue parejo, con pocas llegadas a los arcos y en el que los equipos insistieron en buscar los desbordes por las bandas sin éxito.

 

Como si se tuviesen que redimir del embole de la primera mitad, Chapecoense y Lanús salieron al complemento con la idea de dar vuelta esta situación. El resultado se abrió rápido y se sucedieron las situaciones en los arcos que se habían negado hasta el momento. A los cuatro y medio Joao Pedro disparó al arco con tanta suerte que le quedó a Rossi como si su intención hubiese sido darle gran asistencia. El último definió a la salida de Estaban Andrada.

 

 

Pero tan sólo tres minutos después Sand aguantó de espaldas en el área, cedió para Alejandro Silva quien improvisó una jugada con doble gambeta incluída por la derecha, metió el centro y encontró a Nicolás Aguirre, que definió tranquilo para el 1-1.

 

 

Lo que se dijo: las situaciones peligrosas se sucedían una tras otra en las áreas. Un cabezazo de Douglas Grolli pudo darle la ventaja a los brasileños, pero se fue cerca del palo. También lo tuvo Sand a los 18′. Silva volvió a desbordar por la derecha del ataque y con un centro bajo se la pasó a Sand, que remató bien, pero encontró bien parado a Artur Moraes.