El elegido de la gente. Nicolás Tivani, quien se coronó campeón tuvo varios días victoriosos, pero el de gloria fue el 2 de febrero cuando ganó la penúltima etapa de la Vuelta a San Juan. El ciclista que venía bajoneado por no quedar en un equipo europeo demostró su valía ganando ante su público.

Las bombas de estruendo que estallaron cuando se bajó la bandera a Daniel Juárez (SEP-San Juan) ganador de la última prueba del campeonato sanjuanino de ruta marcaron, también, el final de seis meses vividos a pleno. Es que la temporada 2018-19 se recordará por varias circunstancias. Posiblemente la de mayor peso específico fue el elevado nivel competitivo de la Vuelta a San Juan, que contó con varias primeras figuras del pelotón lo que permitió que, como no aconteció en las dos ediciones anteriores con categoría UCI, trascendiera las fronteras nacionales y sea motivo de atención en más de 174 países y la vieran un 30 por ciento más de personas en el país y Sudamérica.

Otro aspecto por el que se recordarán los últimos "ciclistas" seis meses es porque en la mayoría de las carreras se definieron en denodadas luchas de equipos que, no solo mostraron su valía en las rutas locales, sino que conquistaron competencias importantes, como la Vuelta al Valle (Laureano Rosas de Mardan) y la Vuelta de Mendoza (Juan Pablo Dotti del SEP), por citar algunas. 

Vuelta esperada. Laureano Rosas ganó la Calingasta y en la Vuelta al Valle. Pero su mayor triunfo fue volver al primer nivel luego del accidente sufrido.


Que Kevin Castro (Municipalidad de Rawson) haya ganado su primera prueba entre los grandes en la Vuelta a San Rafael, como ocurrió en la temporada anterior con Leonardo Cobarrubia (Municipalidad de Pocito) en la Vuelta de Mendoza o, en alguna ocasión el flamante campeón sanjuanino, Nicolás Tivani lo hizo en el gran tour de la vecina provincia; habla por si solo de la jerarquía de las nuevas camadas que empiezan a golpear las puertas con determinación.

En lo organizativo hubo pocos errores. Claro que, comparado con la parafernalia que rodea a La Vuelta todo parece poco. Sin embargo, no puede obviarse que hubo algunas -las menos- pruebas que se largaron sin la presencia de efectivos de seguridad que garantizasen el normal desarrollo de la carrera. Tema que debe resolver, puertas adentro, el consejo directivo de la Federación.

Lo que se puso en escena fue interesante, atractivo y, por el esfuerzo de los propietarios de las escuadras, del mejor nivel posible en el plano nacional. Lo que se concretó, por obra y gracia de la dirigencia, estuvo acorde con lo deportivo.

Si uno quiere progresar en la vida no debe dormirse en los laureles. Por lo que esos detalles que restan para equiparar más a las pruebas locales con la "gran" carrera vernácula deben plantearse como metas a concretar. Parece una nimiedad, pero sin embargo no lo es. Alguna vez debe llegar la clasificación electrónica, esa que tienen 10.000 atletas en cualquier prueba de calle.

Por lo demás, el planeta ciclismo, terminó agradecido.


La Agrupación Virgen de Fátima ganó 10 de las 19 pruebas. El SEP lo hizo en cuatro.
 

Calidad inoxidable. Juan Pablo Dotti cerró una temporada triunfal fue el segundo más ganador y brilló también en Mendoza y Río Negro.