Siempre de perfil bajo para los de afuera, pero una voz de mando dentro del plantel. Sergio Gálvez el volante central que nació y se forjó en Sportivo Desamparados, a un día de cumplir un año del ascenso al Federal "A’ en el que él fue clave, recordó su pasado. Con lágrimas en los ojos y una profunda emoción "Checho" recordó su infancia y cómo salió adelante gracias al fútbol. 

Su sostén. "Checho" Gálvez y el motor que impulsa su vida: su familia. El volante recordó momentos duros en su vida viviendo en la Villa Obrera y se ilusionó con seguir ganando cosas con su Sportivo.

 

-A un día de cumplirse un año ¿Qué significó ese ascenso?

-Es mi mayor logro. Antes había ascendido con Villa Obrera que también fue lindo porque me dio la chance de seguir creciendo, pero el ascenso con Sportivo fue soñado. Fue con mi club. Cuando era chiquito me quedaba a ver como entrenaba la Primera y soñaba con estar de ese lado algún día. Tengo 26 años y llevo 20 en el club, toda una vida. Lo soñé a ese ascenso, es como que todavía no caigo.

-Ese paso por Villa Obrera, ¿fue un toque de madurez?

-Sí, me ayudó mucho. Fui a jugar un Torneo del Interior, ascendimos y jugamos una gran temporada. Después volví a Sportivo con otra cara, más maduro. Cuando llegó Dillon en el 2015 y empecé a sentir confianza, sentía que yo tenía que tener mi lugar en el equipo y trabajé para eso, lo logré un año después en el torneo que ascendimos. 

-Volviendo a tus inicios, ¿alguna vez pensaste en largar todo?

-Sí, cuando me iba mal en la escuela. Pensé en dedicarme a estudiar. Dejé Sportivo dos semanas pero volví porque no podía estar sin jugar. Así que no terminé los estudios, dejé en Quinto Año del Secundario, no podía trabajar, jugar y estudiar a la misma vez.

-¿En qué trabajabas?

-Como a los 10 años en las vacaciones íbamos con mi hermano a los hornos de ladrillo, trabajé en la uva o bajaba hojas de los árboles, siempre me la rebuscaba para comprarme mis cosas y ayudar a mi mamá. Era duro estar en la construcción y después ir a entrenar, salía a las 7 de la mañana y volvía a las 7 de la tarde a mi casa, muerto. A los 17 años debuté en Primera y ahí dejé de trabajar.

-¿Viviste momentos duros?

-En la vida muchos. Mi vida fue muy difícil. Cuando éramos chicos teníamos una casita pero no teníamos techo, vivíamos bajo una carpa. Pasábamos calores, pasábamos frío, nos llovíamos (silencio). Hubo momentos en los que pasábamos hambre. 

-Sí, me acordé de lo que le prometí a mi mamá cuando era chico. Que yo algún día iba a ser su sostén. Si bien ahora estamos mejor quiero que no le falte nada a nadie. Que me falte algo a mí, pero que no le falte nada a mi familia. 

-¿Tu primer sueldo en Sportivo?

-Una beca de 200 pesos hace como siete años, me ponía feliz cuando la cobraba. Y mi primer contrato fue esta temporada que terminó, después de ascender el club me hizo contrato.

-¿Y qué sentiste cuando pusiste la firma?

-Muchísimo. Leí que decía "jugador profesional de AFA’ y salía mi nombre, no lo podía creer. Si bien entrenaba de esa forma, ahí como me sentí profesional de verdad. Creo que fue algo que me gané con el día a día. Fui parte de un ascenso que no me voy a olvidar nunca. 

 

"Pasé momentos complicados en mi vida, pero el fútbol y Sportivo siempre fueron mi cable a tierra".

 

CHECHO GÁLVEZ X 3:

"Sportivo me ayudó mucho. Hace cinco años a mi abuela se le incendió la casa en la Villa Obrera y el plantel de la B Nacional me ayudó bastante con ropa, con plata, gracias a ellos le hicimos una casa a mi abuela que después falleció"

"¿Un sueño? Seguir creciendo. Me encantaría ascender a la B Nacional con Sportivo. Pero creo que el sueño de todo jugador es llegar a jugar en Primera. Siempre con el apoyo de mi familia me propuse cosas, ojalá por ellos algún día se me de".