Triste postal. Omar Narváez se cubre ante el ataque del campeón gallo, Zolani Tete. El zurdo tuvo una mala actuación y por ende perdió sin equivalencias en las tarjetas: 120-108 las tres para el monarca.

El chubutense Omar Narváez no pudo alcanzar la proeza de convertirse en el primer boxeador argentino en ganar tres campeonatos del mundo en sendas categorías, al perder ayer por la tarde por puntos en decisión unánime con el sudafricano Zolani Tete en una pelea por la corona Gallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en Belfast, Irlanda del Norte.

Las tres tarjetas de los jurados marcaron la abrumadora superioridad de Tete a lo largo del combate: 120-108. El argentino no ganó una sola vuelta.

Tete dominó el centro del ring de principio a fin y no le dio chances a Narváez, que tampoco mostró la garra y la entereza que lo caracterizaron a lo largo de su carrera para buscar la hazaña.

Ex campeón mundial de peso mosca y supermosca, una de las estrellas del boxeo argentino del siglo en curso y para muchos incluso uno de los mejores exponentes de todos los tiempos (entre luminarias como Carlos Monzón, Pascual Pérez, Nicolino Locche y Víctor Galíndez), Narváez, el Huracán de Trelew, desperdició la que fue seguramente su última carta grande.

Perder, claro que podía perder el zurdo, hasta el menos entendido en boxeo sabía que asistía al sudafricano un rosario de ventajas: edad, talla, alcance, potencia, presente y localía. Pero, ¿perder así, en clave de rotundo y asombroso mentís a su enfática advertencia de que como el no arriesga no gana él estaba dispuesto a arriesgar todo en pos de la recompensa mayor? Nada arriesgó Narváez, nada.

Y nada arriesgó, a la vista ha quedado, porque antepuso su instinto de preservación a la sed de gloria.

Se verá que decisión toma Narváez y si piensa retirarse.


El sudafricano (oriundo de Ciudad del Cabo pero afincado en el Reino Unido desde hace varios años, 12 años menos, 16 centímetros más de altura), confirmó el favoritismo que tenía en la teoría y también en las apuestas, que pagaban 13 a 1 por una victoria del argentino.

Narváez ya había intentado ganar el título en peso gallo el 22 de octubre de 2011, cuando cayó por amplio margen de puntos con el filipino Nonito Donaire en el Madison Square Garden; y el 30 de diciembre de 2014 cedió el título mundial supermosca con el japonés Naoya Inoue, por nocaut en el segundo round.