River Plate dejó ayer el invicto y la chance de quedar como único escolta, al perder como local ante Vélez Sarsfield por 2-1, en partido de la quinta fecha del torneo Clausura de fútbol de primera división.

El delantero uruguayo Santiago Silva, a los 35m del primer tiempo luego de un grosero error del juvenil arquero Leandro Chichizola, y a los 41m del segundo, anotó los dos goles de Vélez.

Mariano Pavone, de tiro penal a los 3m. del complemento, marcó el empate transitorio para el equipo de Juan José López.

River salió a buscar la victoria desde el minuto inicial y, en diez minutos, generó dos situaciones claras para conseguir la diferencia: Lamela, a los 5m, y Pavone, a los 10m, desperdiciaron sendas chances para hacerlo.

Cuando pasó esa tenue tormenta, Vélez se paró mejor en el terreno y emparejó las acciones con el manejo de David Ramírez y Augusto Fernández y el peligro latente de Silva, que sorprendió con una media chilena apenas desviada.

El partido se hizo entonces parejo, y el ritmo que ambos le imprimieron al traslado no redundó en situaciones de riesgo, más allá de un cabezazo de Lamela tras centro de Pereyra que bien pudo convertirse en la ventaja parcial para los de Juan José López.

La etapa se encaminaba hacia un 0 a 0 cantado, hasta que Leandro Chichizola, justo ahora que se anuncia la recuperación definitiva de Juan Pablo Carrizo, cometió su peor error en el certamen. Ferrero le hizo un pase atrás, el arquero punteó la pelota con el pie de apoyo y erró el derechazo, y Silva, que pasaba por ahí, vio luz y entró: 1 a 0, injusto, inesperado, pero 1 a 0 al fin.

River acusó el golpe y fue la gente la que se encargó de sostener el ánimo del equipo, con una ovación general cada vez que la pelota pasaba por las manos o los pies de Chichizola.

Antes de que Vélez intentara cerrar los caminos hacia Marcelo Barovero, River encontró el empate a los 3m del complemento con un tiro penal convertido por Mariano Pavone luego de una falta de Emiliano Papa sobre Manuel Lanzini.

A partir de allí, y a través del buen trabajo de Pereyra (despliegue, generosidad, inteligencia táctica), el local se apoderó de la pelota y del terreno y llegó con cierta peligrosidad hasta Barovero, pero el volante se cansó y, con él, cayó la profundidad y la producción colectiva del "millonario".

De repente los dos se recostaron en la comodidad del empate, pero para River fue una trampa: Alvarez armó una jugada monumental a cuatro minutos del cierre, Chichizola le ahogó el grito y la pelota quedó boyando en el área, otra vez a merced del "Pelado' Silva, que no perdonó.