Pasó el debut y el empate en Córdoba (1-1) ante Belgrano fue un resultado positivo mirándolo en la tabla. Porque San Martín no perdió, mantuvo el segundo lugar en la tabla en el reinicio y ante un rival que siempre exige y es protagonista. "Fuimos un equipo muy ordenado en los 90 minutos", resumió Franco, quien se aferra a su libreto y por eso lo que se vio ante el Pirata fue, en lo sistemático, lo mismo que en el semestre pasado. Incluso el 90% de los nombres son los mismos.
Aunque en el balance línea por línea el equipo debe mejorar si quiere el ascenso. Ninguna de las tres tuvo un gran desempeño, lo mejor estuvo en el juego colectivo más que en el individual. El sector del volantes fue el punto más fuerte y en donde se justifico el punto obtenido, en defensa hubo buena coordinación, y en ataque es donde se esperaba más explosión y olfato, pero algo faltó en cada una de ellas.
LA DEFENSA
El trabajo de los centrales Diego Sosa y Cristian Grabinski fue notable. Una dupla que está consolidada y que ofreció garantías más allá que hayan tenido en César Pereyra un delantero complicado. Ambos ordenaron y solamente fallaron en el complemento cuando se confiaron y dejaron pasar una pelota entre ambos que el conjunto cordobés no aprovechó. Rápidos para los relevos y para cortar con claridad cuando los volantes de contención no pudieron hacerlo.
En los laterales fue donde se esperaba más. Demasiados retenidos. Por la derecha el debutante David Drocco estuvo muy exaltado y en cada cruce puso pierna fuerte. Recibió una amarilla y jugó apenas 40 minutos. En tanto que por la izquierda Roberto Floris mostró dinamismo, pero su aporte en creación y salida fue escaso.
Hay que sumarle al arquero Luciano Pocrnjic, una de las figuras. Tapó todo cuando el Pirata insistía constantemente. Su labor fue clave, igual que en el semestre anterior. Sin fisuras.
EL MEDIOCAMPO
La línea que mejor cumplió porque fue por donde pasó todo el partido. Andrés Alderete y Marcelo Scatolaro, uno hizo el trabajo sucio y el otro le dio salida y juego. Alderete manejó los tiempos y el chileno le aportó salida sobria y precisa.
Aunque lo mejor fue cuando se acoplaron para no dejar penetrar en forma horizontal a Belgrano, ya que cuando al equipo lo atacaron por los laterales le encontraron los espacios, pero por el medio todo fue diferente. Uno desacomodaba y el otro quitaba, y si recuperar no era posible, desestabilizaban al rival para que los centrales terminaran su tarea.
Más adelante, como enlace, Mariano Messera no llegó a ser el enganche y guía que el equipo necesita. En realidad fue el mismo del 2010, al que le falta mayor contacto con la pelota y ser más frontal y vertical. Apareció por momentos y un equipo con serias aspiraciones lo necesita enchufado los 90 minutos.
LA DELANTERA
Entre Maxi Barreiro, Federico Poggi y Gastón Caprari mezclan velocidad, habilidad y gol. El cóctel necesario que todo equipo necesita arriba para sacar adelante un resultado. Pero para ello los tres tiene que funcionar y en la noche cordobesa del viernes no fue así y por ello hubo poca creación ofensiva.
Barreiro fue quien más resaltó en esta línea, no sólo porque metió un tremendo golazo, sino porque fue quien más encaró y obligó a los defensores. Poggi arrancó con todo, mucha explosión y dejando surcos por la izquierda. Aunque fueron sólo 15 minutos y nada más. Un disparo de fuera de área le devolvió protagonismo y San Martín sintió su falta de contacto dado que tampoco presionó en la salida del Pirata.
Mientras que el más flojo de los tres resultó Caprari, el goleador que le quitó el puesto a Penco por un enorme final de 2010 con 4 tantos en tres juegos. Pero estuvo muy lejos de extender esa racha, porque si bien la pelota no le llegó, no hizo mérito para buscarla y generarse sus espacio. Un par de piques en profundidad para no terminarlos en nada.