El argentino Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, fue enterrado ayer en el cementerio de La Almudena de Madrid en la más estricta intimidad, tras recibir un multitudinario adios.

Miles de personas acudieron al estadio Santiago Berbabéu entre el martes y ayer para despedir al legendario ex futbolista, fallecido el lunes a los 88 años tras sufrir un paro cardíaco. Como ocurrió el lunes pasado, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, fue uno de los primeros en llegar ayer al Santiago Bernabéu, donde fue instalada la capilla ardiente por decisión expresa de Di Stéfano y sus familiares.

Junto al máximo mandatario blanco, también estuvo el ex futbolista Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, según consignó un despacho de la agencia alemana DPA.

Durante todo el día, numerosas figuras del deporte y representantes de instituciones estuvieron en el coliseo blanco para dar su pésame a la familia de la ‘Saeta Rubia‘. Los restos mortales de Di Stéfano recibieron sepultura por la tarde española en el cementerio de La Almudena, hacia donde partió la comitiva fúnebre tras abandonar el Santiago Bernabéu.

Unas 200 personas que aguardaban a la puerta del estadio dedicaron una gran ovación al paso del vehículo que trasladaba al féretro.

Después se ofició el entierro del astro argentino, en un acto al que asistieron unas pocas personas a solicitud de la familia de Di Stéfano, que pidió intimidad.

El seleccionado argentino de fútbol utilizó un brazalete negro en homenaje a Alfredo Di Stéfano, fallecido el lunes pasado a los 88 años, en el partido de ayer ante Holanda, por la semifinal del Mundial, en el que también se realizó un minuto de silencio.