Chance. Iban 31" del primer tiempo y entre Álvaro Fernández y Claudio Mosca armaron la mejor jugada de San Martín en el partido. Doble pared en velocidad para que Mosca quedara cara a cara con Marcos Díaz y definiera cruzado. Era gol, era el empate pero Araujo (4) salvó en la línea.

En el fútbol, no alcanza con merecer. Los goles se hacen porque si no te los hacen y San Martín lo terminó sufriendo más cruelmente que nunca en el estreno como local del técnico Walter Coyette. El verdugo fue Huracán, ese viejo conocido, que con un gol de Nicolás Silva a los 21" del primer tiempo dejó sumido en la impotencia al Verdinegro que de los últimos 30 puntos que disputó apenas sumó 6, muchas veces siendo mejor que su rival pero teniendo ese déficit amargo de no poder convertir todo lo que genera. Esta vez lo volvió a pagar caro. Huracán, con orden y oportunismo, se llevó todo del Pueblo Viejo. En el comienzo, la intención de San Martín fue la del protagonismo. Con mucho trato de la pelota, con dinámica y movilidad, intentó desacomodar a Huracán que se paró bien y en la primera que tuvo en serio, no lo perdonó. A los 21" Silva recibió un pase de Mendoza de cabeza, encaró a los centrales y metió el zurdazo para dejar sin chances a Ardente. Castigo para San Martín que furioso se fue encima. A los 31" tendría la más clara cuando Mosca definió y Araujo la sacó milagrosamente. En el complemento, San Martín fue dueño de todo, menos del gol. A los 8" hubo un penal a Barceló que no cobraron y desde ahí, el Verdinegro fue insistentemente sobre Díaz. Magnín tuvo dos veces el empate y no pudo, después Fernández y por último Barceló pero sin esa faceta clave en cualquier esquema, San Martín terminó siendo su propio juez. Sin goles, es imposible ganar en el fútbol y San Martín lo sabe y hoy lo está sufriendo.

Adentro. San Martín se había equivocado dos veces saliendo del fondo y en la tercera lo pagó. Dudaron, Silva lo aprovechó y con un zurdazo cruzado dejó sin chances a Ardente.
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Impotencia. San Martín volvió a pagar caro tributo a su falta de resolución, de un porcentaje mínimo de las ocasiones que generó a partir del manejo de la pelota y de proponer protagonismo siempre en el juego.

Distracción. Otra vez, un error volvió a ser condena para la última línea defensiva de San Martín que en esos primeros 25" de partido se equivocó y Huracán lo aprovechó para hacer su ventaja y después cuidarla.

Argumentos. San Martín propuso con todo lo que tenía pero su receta no le dio resultados. Cuidar la pelota, buscar movilidad permanente y mucha dinámica no fueron suficientes para salvar un punto.