De convicciones tan firmes como su pegada, a los 42 años Omar Narváez se planteó ser campeón mundial otra vez. Si lo consigue sería el primer boxeador argentino en la historia en ser monarca ecuménico en tres categorías diferentes: lo intentará en la división gallo de la Organización Mundial de Boxeo, luego que el sábado superó en una eliminatoria por nocaut técnico en el séptimo round al ruso Nikolai Potapov. Lo venció de manera contundente y clara en un estadio de Obras completo con 2.500 espectadores, como en sus mejores épocas cuando reinó en mosca y supermosca de la OMB. De esta forma, y cortando una ausencia sobre el ring de 16 meses debido a lesiones y diversos motivos personales, se erigió en "El personaje del finde’ para DIARIO DE CUYO.

"No le tengo miedo al fracaso, yo quiero hacer historia y voy a trabajar duro para lograrlo. Espero que se arregle rápido el combate con Zoloni Tete", expresó el Omar, apenas bajó del ring en Capital Federal. Así, el chubutense marcó en su futuro inmediato el desafío que sería medirse con el campeón sudafricano, un adversario 13 años menor que el Huracán y que tendrá que exponer su corona el próximo mes en Irlanda del Norte.
Narváez siempre fue blanco de las críticas sobre el cuidadoso camino de rivales que le proporcionó su promotor, Osvaldo Rivero. Por eso muchas veces sus once defensas de títulos mundiales fueron "disminuidas’ en su dimensión.
Imbatible
41 La cantidad de peleas que hizo Narváez en la Argentina. Se mantiene invicto con 40 triunfos y 1 empate (2001). Afuera del país combatió 8 veces: 5 triunfos, 2 derrotas y 1 empate.
Luego de combatir por última vez en junio del 2016 ante Breilor Teran en Trelew pasó mucha agua bajo el puente de la vida del zurdo. Tanto que en enero pasado promocionó en su cuenta de Facebook la nueva actividad que desarrollaba para tener un sustento económico: criar perros de raza para venderlos. Y la palabra retiro casi se convirtió en realidad en aquella etapa. "Lo vengo pensando desde hace un tiempito porque no dan los números para que yo pueda mantenerme en este nivel", anunció en una entrevista radial, donde también reveló que hacia guantes con chicos que todavía ni debutaban profesionalmente por la falta de calidad de sparrings en su ciudad natal.
Todo eso cambió con el paso de los meses y el sábado volvió a demostrar que está vigente. Con el entusiasmo de un joven que tiene mucho camino por recorrer, más allá de lo que marca su DNI. "Nunca sentí el hecho de no haber combatido durante un año y medio. Me sentí muy fuerte y veloz", subrayó el púgil que elevó su palmarés a 47 triunfos (25 KO), dos derrotas y dos empates.
Omar, quien hace un par de años debió operarse el tabique nasal porque sufría de apnea del sueño, tiene claro que son los últimos cartuchos arriba de las 16 cuerdas y por eso quiere aprovecharlos al máximo. "La edad es un condicionante, pero también es un aliciente para encarar el desafío con mayor responsabilidad. El final de mi carrera está cerca y lo quiero hacer a lo grande", puntualizó.
Con el boxeo argentino en un proceso de reconstrucción tras los retiros de los más recientes referentes como Marcos Maidana o Maravilla Martínez, Narváez, pese a su edad, demostró que todavía sopla… y, también, pega.
