La jornada del clásico contó con todo el colorido que suele acostumbrar. A los vendedores de elementos para la práctica del turf y de comestibles y bebidas, se sumó también la de una empresa concesionaria de automóviles (Le Pont) que ofrecía sus productos a quienes se acercaban a ver de cerca a uno de los modelos emblema de Citroen: el C4 Cactus.

Y, mientras al lado del lugar donde son exhibidos los caballos que van a correr las distintas carreras se desarrollaban los clásicos remates; por otro sector había una empresa veterinaria realizando una clínica sobre como herrar a los caballos (ver aparte).

La Banda de Música que interpretó los himnos Nacional y a Sarmiento, la Marcha de San Lorenzo y una pieza folklórica, completaron los momentos vacíos de actividad dentro del óvalo de 1800 metros del hipódromo de Rivadavia.