La familia Lucero respira básquetbol. Prácticamente les corre el deporte de la naranja por las venas. Ellos son los menores de seis hermanos y se reencontraron en San Juan después de haber buscado crecimiento en clubes del país. Se trata de Angeles (22 años) y Matías Lucero (20), jugadores de Lanteri y Revolución, respectivamente, quienes volvieron a su tierra natal tras un largo recorrido desde adolescentes.

Los dos prácticamente nacieron con la redonda. Se iniciaron con apenas 3 años y en plena adolescencia, tomaron la decisión de emigrar buscando crecer en el deporte que los apasiona. Angeles en el 2017 pasó a jugar en Luján de Cuyo, al año siguiente saltó a Tucumán para jugar Prefederal en Alberdi y Federal en "Tucumán Bb". Después pasó por Hércules de Chaco y el año pasado jugó en San José de Mendoza para este año volver a su San Juan natal para jugar en Lanteri. Su hermano menor, también partió de San Juan en 2017 con apenas 14 años, jugó en San José de Mendoza, después estuvo cuatro años en Atenas de Venado Tuerto y jugó Federal en Timbues de Rosario. El año pasado coincidió con su hermana en San José mendocino, previo a su llegada a San Juan para sumarse al novato equipo "Revolución".

Ángeles y Matías juegan de base-alero. Sus hermanos mayores también son jugadores.

"Nos fuimos desde chicos porque queríamos ser profesionales. Hoy nos toca volver a nuestro San Juan y es increíble ver como creció, en niveles, en clubes y en jugadores. Antes eran pocos los clubes donde había básquetbol femenino, si un club no podía jugar se suspendía la fecha, hoy los torneos son más organizados y es increíble la cantidad de chicas que se sumaron al deporte", expresó Angi. "Estamos disfrutando de poder estar acá y de notar el crecimiento que hay. Es muy lindo poder reencontrarnos, el año pasado nos tocó con Angi coincidir en el mismo club en Mendoza, incluso nos ubicaron en el mismo departamento", comentó Matías.

Angi y Matías son los menores de los Lucero. Maximiliano, Víctor, Martín y Ayelén también juegan al deporte. Pero ellos, los menores son los "trotamundos" de la familia. Incluso hasta coinciden en la misma posición en la que se desempeñan: alero-base.

"¿Un domingo en familia? No se habla de otra cosa que no sea basquet. Es hermoso poder disfrutarlo en familia", comentó Angi y Matías expresó: "Este deporte es todo para nosotros. Es lo mejor que nos pasó en la vida. Lo tomamos como un trabajo pero también como una pasión", manifestó.

 

  • Una familia dedicada de lleno al básquetbol

Los Lucero no conocen bien de dónde heredaron esa pasión por el básquetbol. Maximiliano Lucero, el mayor, comenzó con el deporte de la naranja desde chico en Estrella y después lo siguieron Víctor, Martín, Ayelén, Ángeles y Matías. Todos, hasta el día de la fecha se desempeñan en esta disciplina. El padre, Víctor, fue futbolista en su juventud y hasta llegó a jugar en la Primera de Desamparados pero sus hijos no heredaron esa pasión y desde chicos se dedicaron a la otra redonda. Patricia, la mamá, tampoco jugó nunca al básquetbol. Hoy se desempeña como planillera en las canchas.