El ciclista belga Dries de Bondt (Alpecin-Fenix) ganó ayer la decimoctava etapa del Giro de Italia, disputada entre Borgo Valsugana y Treviso sobre 156 kilómetros, al superar a sus tres compañeros de fuga y tumbar también a un pelotón que tardó en ponerse las pilas y no pudo con la escapada, en una jornada de ‘transición’ tras la que sigue líder Richard Carapaz (INEOS Grenadiers).

De Bondt, que fue séptimo en Cuneo en este Giro, volvió a cazar una fuga buena y junto a Edoardo Affini (Jumbo-Visma), Magnus Cort (EF Education-EasyPost) y Davide Gabburo (Bardiani-CSF-Faizanè) doblegaron a un confiado pelotón que se quedó con la miel en los labios. Y en el sprint final, el belga tuvo más piernas que Affini y, sorprendentemente, que un Cort que parecía favorito.

El argentino Maximiliano Richeze (UAE Team Emirates) culminó en la décimo quinta colocación, dentro del grupo que arribó a 15 segundos del cuarteto fugado. Mientras que el otro argentino, Eduardo Sepúlveda (Drone Hopper- Androni) llegó a la meta muy retrasado, con más de 10 minutos con respecto al ganador del parcial.

Triunfo de mérito para la fuga, del cuarteto, que superó el reto y le arrebató la vara de poder a un pelotón que se durmió y, en una etapa corta, acabó por desperdiciar la última ocasión de victoria al sprint para los velocistas. Más mérito viendo que el grupo, por la velocidad altísima, terminó por tensionarse y romperse.

El australiano Jay Hindley (BORA-hansgroe), escolta de Carapaz tuvo problemas en la zona de seguridad, y arribó algo retrasado, pero pasó el susto porque le dieron el mismo tiempo que el grupo grande, donde resguardado por sus gregarios llegó Carapaz con el español Mikel Landa (Bahrain – Victorius), que marcha tercero, pegado a su rueda.

Quien arribó retrasado, pero no perdió su liderazgo entre los jóvenes es el español Juan Pedro López (Trek Segafredo), que fue líder en varias etapas.

 

Lucha en la altura

Hoy el Giro regresará a los Alpes, y se espera dura lucha entre los candidatos. Habrá excursión a Eslovenia, en una etapa entre Marano Lagunare y el Santuario di Castelmonte, sobre 178 kilómetros y con 3.230 metros de desnivel.

Una etapa con trampas y final en alto –en muros del 14 por ciento en la subida al santuario– y con un puerto inédito, el esloveno Monte Kolovrat, con 10 kilómetros a casi el 10 por ciento de pendiente media y tramos máximos varios del 15 por ciento, pese a que incluye un tramo llano.