Descontrol. El saldo del sábado violento en Núñez fue de 26 detenidos y destrozos en todo el barrio cercano al estadio.

En una jornada manchada por la violencia, todo comenzó a dos horas de lo que debía ser el inicio del encuentro en el Monumental. El colectivo de Boca vivió una verdadera emboscada y fue recibido con piedras, botellas y gases lacrimógenos (hasta el cierre de la edición sin saber si fueron tirados por la Policía o los hinchas), en la misma esquina donde los propios hinchas "millonarios" estaban robándole las entradas a sus pares desde hace varias horas.

El operativo policial y de seguridad demostró ser un fracaso total, pues el colectivo de Boca sólo era escoltado por un pequeño grupo de policías en moto. Los jugadores de Boca fueron atendidos en el vestuario y Pablo Pérez debió ir a un hospital donde se le constataron cortes y una lesión ocular. De hecho, no se sabe si podrá jugar la final o incluso si en unos días deberá ser operado en la zona.

El Monumental fue clausurado, pero al pagar una multa se podrá jugar hoy.

En esa espera, la Conmebol postergó el duelo primero a las 18 horas y luego a las 19.15, mientras los jugadores de ambos equipos esperaban sin saber si se jugaba en los vestuarios. Las presiones por dinero y derechos televisivos empezaron a inclinar la balanza para que el duelo se desarrollara, pese a que ambos clubes se unieron en "no jugar".

Pero el presidente de FIFA, Gianni Infantino, quien llegó a Buenos Aires para observar esta definición histórica, y el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, estiraron el elástico y aparecieron los médicos del ente continental para decir que las lesiones son leves y no ameritaba una suspensión. Por entonces, la final se jugaba sí o sí.

Mientras que Carlos Tévez y Fernando Gago salieron a declarar que los obligaban a jugar y que en Boca no se sentían en condiciones de afrontar el partido. Un papelón total. La vergüenza se extendió con reuniones de última hora y presiones, mientras en las afueras del estadio los hinchas sin entrada realizaban nuevos incidentes.

Finalmente, a las 19.25 apareció el presidente de Conmebol para anunciar que la final se jugará hoy a las 17 horas y con público local en las tribunas. Esto se dio luego de que este dirigente mantuviera una reunión con el presidente de Boca, Daniel Angelici, y su par de River, Rodolfo D"Onofrío. Ambos máximos directivos fueron claros en que "no era el contexto para disputar una final de esta envergadura".

Incrédulo. Ignacio Scocco se asoma al anillo interno del Monumental previo a la suspensión.
A desarmar. Asistentes de la Conmebol se llevan uno de los carteles por la "superfinal" que ayer no se pudo jugar.

>> Apuntan a la barra de River

El secretario de Seguridad porteño Marcelo D"Alessandro reconoció una "falla" en el operativo que debía cuidar la llegada del plantel de Boca al estadio Monumental, y apuntó contra la barra brava de River al sostener que buscaron generar violencia porque el viernes "se le secuestraron 10 millones de pesos" y entradas.

Desde el organismo dijeron que hay 29 detenidos por los incidentes fuera del estadio. Cinco por atentado y resistencia a la autoridad y otros 24 en espera de consulta judicial para que ratifique las detenciones.

"Esto se da en el contexto de una semana en la que realizamos varios allanamientos y se le secuestraron a la barra más de 10 millones de pesos y si se fijan no entraron", lanzó D"Alessandro.