Mateo Mendoza seguramente soñó con este presente cuando jugaba en las calles de la Villa Obrera, en Chimbas. Sus primeros pasos futbolísticos los dio en la escuelita de fútbol VILO, ubicada sobre calle Coll en Rivadavia. Por su talento el defensor se ganó una prueba en Godoy Cruz en el 2021 y emigró buscando su sueño. Lo cierto es que el chimbero, hoy a sus 20 años, ya es figura indiscutida en el Tomba y el domingo ante Talleres saltó al campo de juego del Mario Alberto Kempes luciendo -con orgullo- la cinta de capitán.
“Un momento que voy a guardar para siempre. Ponerme por primera vez la cinta de capitán fue algo especial e inexplicable. No solo por lo que representa dentro de la cancha, sino por todo lo que hay detrás: los días buenos, los difíciles, las veces que soñé con esto de chico sin saber si algún día iba a llegar”, expresó el defensor que ya suma -desde su debut en el 2023-, 25 partidos en el certamen de Primera División con el Tomba, mientras que en Copa Sudamericana jugó 5 encuentros.
“Hoy me toca asumir una responsabilidad enorme y lo hago con orgullo, con respeto y con muchas ganas de seguir creciendo. Gracias Godoy Cruz por la confianza, a mis compañeros por el apoyo y por ayudarme a ser mejor, y a mi familia, que es mi base y mi motor desde siempre. Esto no es una meta cumplida. Es un paso más. Vamos juntos, siempre para adelante”, sostuvo el sanjuanino que buscará seguir haciendo historia con el club mendocino.