El periodismo deportivo argentino se vistió de luto este jueves tras la muerte de Walter Saavedra, una de las voces más emblemáticas de la radio. A los 68 años, el relator marplatense dejó un legado imborrable, marcado por un estilo único que trascendía la simple narración de un partido.

Con su voz inconfundible, Saavedra logró fusionar la política, la historia, la poesía y el humor, creando un relato que era, al mismo tiempo, una crónica deportiva y una obra de arte.

Antes de consagrarse en los medios, Saavedra tuvo una vida multifacética que lo dotó de una sensibilidad especial: fue arquero de fútbol, peón de albañil, pintor, letrista, artesano y vendedor.

Estas experiencias le dieron una mirada cercana y humana que luego se reflejó en cada una de sus transmisiones. La noticia fue confirmada por el Club Unión, donde Saavedra dejó su huella con su pasión por el equipo. De inmediato, colegas y amigos del periodismo deportivo expresaron su dolor en las redes sociales.

Néstor Centra lo despidió como “uno de los mejores relatores de la historia de la radio. Creativo, poeta, con convicciones firmes”.

Walter Saavedra

Por su parte, Leandro Gentili lo recordó como “una cabeza distinta” y le dedicó una de sus frases más famosas: “Cantame, cantame Walter, cantame un gol…”. Alejo Rivera fue más allá, ubicándolo en el “Top 5 de relatores radiales de todos los tiempos”.

La trayectoria de Walter Saavedra fue tan extensa como brillante. Comenzó su carrera en Radio El Mundo y pasó por las emisoras más importantes del país como Radio Rivadavia, Radio Nacional y Radio Mitre, para culminar sus últimos años en FM Sol Santa Fe.

Su voz narró los momentos más importantes del fútbol, cubriendo mundiales en Estados Unidos, Francia, Corea y Japón, Sudáfrica y Brasil, así como Eliminatorias, Juegos Olímpicos y Copas América.

Pero su talento no se limitaba al fútbol. Saavedra también narró boxeo y básquet, y exploró otros formatos en televisión y en la literatura.

En 2001, publicó junto a Claudio Cherep el libro Hambre de gol, que incluía el famoso poema Nunca jamás, una pieza que resume su pasión por el fútbol y la vida misma.

Con su partida, el periodismo deportivo pierde a una de sus voces más originales, pero su legado de poesía y emoción seguirá resonando en cada cancha.