Demasiado para 90 minutos en una Bombonera que explotó para festejar el triunfo en un nuevo clásico contra River Plate por 2-0 que lo volvió a meter en la Libertadores tras dos años de ausencia y lo potenció para buscar el Torneo Clausura como gran candidato. Un domingo feliz con un actor protagónico: Ezequiel Zeballos, el Pibe de la Película. Autor del primer gol, gestor del segundo en una tarde consagratoria.

Demasiado parejo todo en un primer tiempo con pocas emociones parecía encaminar el Superclásico a un bostezo infernal en La Bombonera. Es que los primeros 15′ de juego River mostró más control de la pelota, más conexiones pero sin lastimar. Boca lo corrió de atrás hasta que pudo reacomodar a Paredes y a Delgado en el medio, y con eso todo se convirtió en demasiado parejo.

Sin llegadas, con mucho roce, con pocas emociones. Parecía que el cierre de la primera etapa iba a terminar en nada pero apareció el Pibe de la Película y Zeballos abrió la fiesta en La Bombonera con una electrizante definición ante Armani tras una pelota que bajó Giménez contra Paulo Díaz. Un golpe justo en el momento justo para poner a Boca arriba en el Superclásico en la primera a fondo que llegó en esta primera etapa.

En el complemento, llegó la mano de nocaut para River. Y otra vez, el Pibe de la Película, Zeballos fue actor protagónico cuando desbordó por la izquierda, llegó al fondo y vio al goleador Merentiel que no perdonó nada. 2-0 antes del segundo minuto del complemento, como para empezar a pensar que el clásico se teñía de azul y oro definitivamente.

River sintió el impacto. Quedó sentido y Boca quiso aprovecharlo para terminar de liquidarlo. Antes de los 10′ Armani se jugó todo con una mano afuera del área tapando una contra sensacional del equipo de Ubeda. Fue un monólogo de Boca en estos primeros 15′ del complemento y ahí pudo haber sentenciado todo pero Giménez no acertó en la definición por centímetros tras una habilitación del Changuito que se jugó el clásico de su vida. Ese que necesitaba para volver a ser el que fue.

Boca pudo haber convertido uno más con ese gol anulado por offside a Merentiel cuando pasaban 22′ de esta segunda parte. Y ¿River? Nada, perdido. Aturdido, con cambios que no dieron resultados. Expuesto a las contras con demasiados espacios y viendo como Giménez se comía el tercero tras un gran pase del Changuito.  Tendría una más Merentiel pero no pudo con Armani esta vez. Pudo llegar el tercero con un penal que Ramírez decidió cambiar de fallo cuando Giménez se cruzó con Armani tras un centro de Paredes. Y Zeballos pudo haber decorado la fiesta con un River ya entregado pero eligió mal.

Así se fue yendo otro Superclásico al que Boca gozó como lo imaginaba hace tiempo para terminar viviendo un domingo más que feliz. En una tarde en la que recuperó al Changuito Zeballos, alguien que se lo merecía era él.