QUEBRADA. Micaela García estuvo cinco años de novia con Kevin Castañón y ayer estaba destruida por su pérdida.

 

El accidente que le costó la vida al joven ocurrió en la calle Neuquén (esquina Quiroga) en la cual el tránsito es muy peligroso a causa de la velocidad, según los vecinos.

 

Por momentos, el milagro pareció posible. Porque Kevin evidenciaba síntomas que, en teoría, no debían ocurrir a causa de su gravísimo estado por un golpe en la cabeza originado en un accidente de tránsito: desplazaba y doblaba la pierna quebrada o movía sus manos. En esos días, Ana, su mamá, redoblaba sus oraciones a Dios y la virgen de la Rosa Mística y se quedaba hasta después de la hora permitida junto a su hijo en Terapia Intensiva del Hospital Rawson, donde pasaba los días en compañía de sus más íntimos, como su hijo Juan, la novia de Kevin, Micaela García, y gente que ni la conocía pero también se acercaba a orar o manifestarle su apoyo. El miércoles a la noche, después de 18 días, hubo otra alegría: Kevin abrió sus ojos y así pudieron verlo también el jueves por la mañana. Los ánimos iban en alza. Pero cuando todo parecía sumar para mantener la esperanza, llegó la noticia que no esperaban: minutos antes de las 21 del jueves, les dijeron que una falla cardíaca había terminado con los días de Kevin. Y entonces hubo un dolor para el que no estaban preparados.

Castañón era el apellido de Kevin. Tenía 22 años y era el segundo hijo de Ana Atampiz, con quien repartía su ajetreado tiempo como cadete de segundo año de la Policía. Al igual que con Micaela, una joven que se convirtió en su novia apenas salieron del secundario y que siguió siendo compañera en la escuela policial.

Alegre, de hacer amigos, amante del fútbol y del club Atlético Trinidad, un joven como cualquier otro al que ser policía se le había metido en la sangre. ‘Amaba todo lo que hacía pero amaba ser policía’, dijo ayer Micaela, destruida.

El choque que causó la muerte de Kevin ocurrió a las 12,30 del 3 de diciembre pasado. Ese día Kevin iba hacia el este por Quiroga en su Motomel 250cc, cuando protagonizó un choque con el colectivero Federico Exequiel Muñoz (25) de la línea 15 de la empresa Mayo, que transitaba al Norte por Neuquén.

Desde entonces había quedado muy grave: ‘Creíamos que iba a ser un milagro pero lamentablemente no se pudo’, dijo Micaela.

 

‘Era un león, amaba todo lo que hacía pero amaba ser policía. Se fue tranquilo, en paz’,

Micaela García – novia del joven fallecido

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