Luis Antonio Olivera (34, con antecedentes por robo) se había convertido en los últimos días en la persona más buscada por la Policía. ¿Quién era este hombre? Como lo anticipó este diario, estaba señalado por ser el depravado en moto que era buscado intensamente tras cometer en los últimos meses al menos 5 violentos ataques sexuales contra mujeres, principalmente en San Martín.

Su búsqueda se había intensificado en las últimas horas y la Policía lo rastreaba con perros de la Sección Canes y hasta con dos drones que aportó un particular, precisó el propio jefe de la fuerza, Luis Martínez.

Acorralado, los pesquisas creen que Olivera no vio otra salida porque no quería ir a la cárcel. Y ayer a las 19 apareció ahorcado de un alambre atado a una mora en una finca del costado Sur de callejón Jáchal, a 500 m al Este de Colón, Santa Lucía.

En el operativo, la pareja del fallecido quedó presa por encubrimiento, pues sabían que le llevaba comida a los distintos escondites donde se ocultaba, informaron fuentes policiales.
Desde hacía una semana la Policía sabía que Olivera era el autor de los ataques.

Tres de ellos los cometió en febrero pasado en San Martín, otro lo perpetró en enero y un quinto había ocurrido el año pasado, siempre con la misma modalidad: de día, interceptaba mujeres solas en zonas despobladas, las golpeaba, a algunas les robaba lo poco que tenían y a dos las abusó. Hubo un sexto caso, en Pocito, pero investigaban si era él o no.

A Olivera llegaron porque rastrearon dos de los celulares que robó a sus víctimas y quienes los compraron lo identificaron como vendedor. Por eso la Policía allanó dos veces la casa que compartía con su pareja en el asentamiento Pedro Echagüe, en Santa Lucía, pero no lo encontró. Al saber que lo buscaban, el sujeto desapareció.

El jefe de la fuerza deslizó anoche que sus parientes no habían colaborado y trascendió que el presunto abusador le había dicho a su familia que no quería ir a la cárcel. ‘Debido a que se había hecho pública la búsqueda, se intensificaron los rastrillajes en distintas zonas de Santa Lucía, como Alto de Sierra.

Un particular puso dos drones para ampliar el rastrillaje’, dijo Martínez. Y parece que los rastrillajes pusieron en pánico a Olivera: un testigo lo vio corriendo por el callejón antes de que su cuerpo fuera descubierto por otro vecino.