No sobrevivió. El nene de 14 años fue el único de los 4 ocupantes de la ambulancia que no sobrevivió. El vehículo volcó, lo aprisionó y murió en el lugar.

Supo estar moribundo en la cama de un hospital a causa de su problema en los riñones y el hígado, pero salió adelante. Viajó a Buenos Aires, se hizo estudios y con tratamientos tenía la enfermedad controlada. Fue duro el proceso por el que el pequeño zondino Ángel Danilo Castillo (14) tuvo que pasar para sentirse como cualquier chico. Pero ayer todo eso se truncó para siempre cuando la ambulancia que lo llevaba al Hospital Rawson para dializarse fue embestida en Chimbas por un Chevrolet Corsa Classic cuyo conductor corría una picada y, con ayuda de su rival en la corrida, escapó tras el siniestro. Cayó luego cuando fue al hospital a curarse y la Policía capturó a su amigo y al padre.

El saldo fue fatal, porque la ambulancia volcó y Danilo murió aplastado. Fue la tercera víctima mortal que dejaron los accidentes entre el miércoles y ayer en la provincia (ver aparte).

Y no sólo Danilo pudo morir pues en la ambulancia además del chofer Oscar Cano (58) iban el padre del nene, Jorge Castillo (56) y otro paciente llamado Juan Carlos Oviedo (61) que también iba a dializarse. Ellos sobrevivieron pero sufrieron lesiones de distinta consideración.

Desconsuelo. Familiares de la víctima ayer no paraban de llorar en el hospital.

"Mi papá nos contó que ellos venían despacio, que de la nada sintió un estruendo, que vio una luz y que de ahí no se acuerda más", dijo Mariana, hermana del nene.

A eso de las 5.30 de ayer, Castillo subió con su hijo a una ambulancia de EM 107 que los buscó por su casa del Barrio Basilio Nievas, en Zonda. Para padre e hijo era una rutina, porque desde febrero todos los lunes, miércoles y viernes esa unidad los trasladaba hasta el Hospital Rawson, donde a Danilo lo dializaban por su poliquistosis hepática y renal. También era parte de la rutina pasar a buscar a Oviedo por su vivienda del Lote 43, en Chimbas, cosa que ayer hicieron sin ningún inconveniente. Pero a las pocas cuadras pasaría a ser su último viaje juntos.

Según fuentes policiales, eran cerca de las 7 cuando la ambulancia transitaba por 25 de Mayo en dirección al Este. El Corsa lo hacía por Díaz rumbo al Norte, conducido por Rodrigo Fernando Díaz (18), quien ayer en la Fuerza daban por hecho que venía corriendo una picada contra un conocido suyo, identificado como Diego Artazo (20), a bordo de un VW Gol Trend. Tras el choque, Díaz abandonó su auto (terminó con el frente destrozado), se subió al del otro joven y se fueron a la casa de este último, en el Barrio Conjunto 10, donde los recibió Gustavo Artazo (40), padre de Diego. Al igual que su hijo, este hombre luego quedó demorado por trasladar a Díaz en su Renault Kangoo (se la secuestraron) hasta el Hospital Marcial Quiroga, desde donde derivaron al homicida al Hospital Rawson. Allí quedó internado, con la columna quebrada y bajo custodia policial. "No sé en qué estado estaba. Venía fuerte, corriendo picadas, con música. Qué podés pensar.. es un hijo de put...", dijo la hermana de la víctima.

Danilo Castillo le ponía el pecho a su enfermedad y llevaba una vida normal, dijeron.


Danilo era mellizo de Joaquín, a quien sobre el mediodía de ayer todavía no se animaban a hablarle de la tragedia. A la que sí le dijeron fue a su compañera de diálisis, una nena que tuvo que recibir asistencia psicológica. 

"Era un luchador, se notaba en las ganas. Él pensaba que era un niño común y corriente. Sabía de la enfermedad pero nunca se quejaba. Nunca dijo "no puedo". Iba y venía con las mismas pilas. Contento, hiperactivo, andaba siempre con la bicicleta, la armaba, la desarmaba. Era el inquieto de Zonda", lo describieron con dolor sus familiares. Ellos también pidieron que el que se robó la mochila del nene que quedó tirada en la calle, la devuelva.