La Policía de la provincia de Córdoba volvió a quedar en el centro de la polémica en las últimas horas después de que saliera a la luz un nuevo caso de brutalidad policial. La víctima, Carlos Galíndez, se había negado a firmar un documento en blanco después de que lo detuvieran por error. La respuesta de los efectivos fue a los golpes y le quebraron la mandíbula.

El hecho ocurrió en la madrugada del domingo cuando cinco patrullas detuvieron a un vehículo que circulaba por la ruta. Por la mano de enfrente, detenido en la banquina, estaba el plomero Galíndez, que volvía de vacaciones con su esposa. Los policías creyeron que podía tener alguna vinculación con los ocupantes del otro auto y los trasladaron a todos a la comisaría.

“Al descubrir que no tenía nada que ver, mi cliente se negó a firmar los papeles que había en la comisaría, sobre todo porque estaban en blanco por razones obvias”, declaró el abogado Diego Orlando Chiechi a Radio Universidad. Fue en ese momento cuando la confusión se convirtió en una tortura para él.

“Los policías se enojaron, se quitaron las insignias y los nombres, lo llevaron a una habitación, lo desnudaron y comenzaron a pegar golpes salvajemente. Uno en el estómago y en la mandíbula a tal punto que se la partieron y ahora le deben colocar una prótesis”, agregó el letrado.

Le colocaron dos placas de titanio con clavos. Me acaban de decir que con las quebraduras y los golpes le rompieron los nervios que van por la mandíbula hacia el labio y el mentón, por lo que no va a tener nunca más sensibilidad en ese sector, ya que el nervio no se puede recuperar”, describió por su parte la esposa de la víctima, Jorgelina, en diálogo con La Voz.

Más allá del daño físico y psíquico que la agresión le produjo a Galíndez, su abogado remarcó que también sufrió un perjuicio patrimonial, pues la Policía le retuvo en Río Cuarto valiosas herramientas, como un generador eléctrico y una amoladora, que tenía en su vehículo y que utiliza para sus tareas como plomero y electricista. “Tengo miedo y, ¿sabe por qué? Porque entre las cosas que nos sacaron hay un juego de llaves de mi casa”, añadió la mujer.

Los cuatro policías involucrados en el caso de brutalidad y tortura fueron puestos en situación pasiva. Se trata de tres hombres y una mujer que prestan servicios en la Unidad Departamental de Río Cuarto. El caso está ya en manos del Tribunal de Conducta Policial, quienes confirmaron que los denunciados fueron apartados provisoriamente hasta que se aclare su responsabilidad en el hecho.

“No es la primera vez que sucede esto en la Policía de la Provincia, recordemos que hace poco se produjo el caso de Blas Correa. Evidentemente, hay un problema de fondo que tienen que solucionar”, contó Chiechi, haciendo referencia al adolescente de 17 años que fue asesinado de cuatro disparos por uniformados cuando quiso evadir un control, en Córdoba capital.

Fuente: TN