El 13 de septiembre pasado, Daniel Orlando Varas Narváez (26) pareció convencido de que una puerta se abriría a su favor, cuando negó conocer la falsedad del título de enfermero que él mismo presentó en Salud Pública para ser habilitado y matriculado y, de manera increíble, buscó culpar a una tal "Mónica Bonilla" como quien le había dado esos documentos truchos. Aquel intento por desviar la atención de la investigación judicial no resultó. Y encima empeoró porque cuando el caso trascendió, el fiscal coordinador, Iván Grassi, y la ayudante fiscal Victoria Ruiz (UFI de Delitos Especiales), recibieron la denuncia del Colegio Médico, en la cual informaban que Varas Narváez había sido contratado por esa institución para ponerlo a prueba durante tres meses en el sector de terapia intensiva del Hospital Privado, a partir del 1 de agosto. Pero el joven apenas trabajó 1 mes y días, porque el contrato quedó sin efecto el 6 de septiembre.

Ayer, el cúmulo de evidencias en su contra llevó al joven y a su defensor, Maximiliano Muñoz Cabral, a ratificar ante el juez de Garantías, Juan Gabriel Meglioli, un acuerdo de juicio abreviado con Fiscalía, para evitar el desgaste procesal de un juicio común. En ese pacto, homologado por el magistrado, el falso enfermero admitió haber cometido los delitos de uso de documento público falso y usurpación de título, y finalmente recibió la pena que aceptaba: 3 años de prisión en suspenso (sin detención) y 60 horas de trabajo comunitario en el lapso de 6 meses en el municipio de Chimbas.

CASO INSÓLITO

El hecho había sido denunciado por autoridades de Salud Pública el 29 de mayo pasado. Fue cuando constataron que la documentación presentada por Varas Narváez para ser habilitado como enfermero podía ser apócrifa. La sospecha tenía sustento: al escanear un código QR en el dorso del título de enfermero que presentó, en lugar de remitir al Registro Público de Graduados Universitarios del Ministerio de Educación de la Nación, remitía a una nota periodística del diario La Nación.

De todos modos pidieron informes a ese organismo y desde allí respondieron que no registraban ningún Varas Narváez graduado como enfermero. Además, desde la Universidad Católica de Cuyo (UCC) informaron que el joven aún era alumno de 2do año en la carrera de Enfermería.

Y por si esto fuera poco, cuando la causa recayó en Delitos Especiales (primero pasó por la justicia Federal y luego por el sistema mixto), allanaron la casa del joven y allí incautaron evidencia contundente: varias copias de títulos con la inscripción de la UCC (algunos con firmas de sus autoridades), una credencial a su nombre del Ministerio de Salud Pública y un sello, con una matrícula que corresponde a otro enfermero.