La niña tenía tan sólo 9 años cuando un miembro de su familia empezó a manosearla y besarla. A los 12 comenzó a ser violada por otro de sus parientes y también por el primero, que la sometía en forma separada. A sus 15 años la chica quedó embarazada producto de los abusos y la forzaron a abortar, pero ni eso frenó la pesadilla de esta adolescente que continuó siendo ultrajada dentro de su hogar. Lo increíble de esta historia es que los hombres de la casa, que debían protegerla, eran sus propios verdugos. Su padre y su hermano mayor, en complicidad o no, se alternaban distintos días para someter de la forma más perversa a la adolescente de la familia. Puertas adentro de esa casa de Rawson existía un pacto secreto en el que la madre, por miedo o por el supuesto ‘amor‘ a su marido y por amparar a su hijo prefirió callar el horror que vivió durante 7 años su única hija mujer.
Pasaron muchas cosas para que esta chica, a los 16 años, escapara en enero último de ese infierno con ayuda de su novio. Su madre le dio la espalda. Su madrina en principio no le creyó. Soportó que un comisario le dijera: ‘sos una pendeja, cómo vas a hacer una fábula contra tu padre…’ y que un oficial rompiera la denuncia frente a su madrina, según datos del caso. Aún así el caso llegó a manos del juez Benedicto Correa. Y aunque el padre y el hermano después intentaron ocultarse, ahora están presos. El mismo magistrado, del Quinto Juzgado de Instrucción, procesó en estos días al hombre de 48 años, cuyas iniciales son M.L., y a su hijo, de 21, por graves delitos que puede costarles hasta 20 años de cárcel, indicó un vocero.
Un infierno
No se dan nombres ni detalles para preservar a la víctima, pero se puede decir que el caso se dio en una casa de Rawson en donde el silencio era una norma y el padre imponía su propia ley y su hijo mayor la hacía cumplir. Así, la chica contó a través de Cámara Gesell que su papá comenzó a tocarla cuando tenía 9 años. Eran manoseos, después besos y esto se fue repitiendo. Él decía que le estaba ‘enseñando‘, que era un secreto y la amenazaba. Su hermano mayor empezó diciéndole que ‘estaba linda‘, luego pasó a los tocamientos hasta que un día la violó. La nena tenía 12 años. Su mamá sabía lo que hacía su hermano mayor, pero sus reproches eran: ‘te llego a pillar, te voy a hacer cag…‘. Nada cambiaba en esa casa. De hecho, su padre también empezó a violarla a partir de los 13 años y continuó con otros vejámenes.
La chica se vio encerrada en esa relación incestuosa en la que su padre y su hermano la ultrajaban de forma separada. A los 15 años, la jovencita quedó embarazada supuestamente de su hermano. La solución que encontró su madre fue darle infusiones y Novalgina vía oral y vaginal, según su testimonio. A los tres meses de gestación, a la menor debieron hacerle un legrado porque la criatura que llevaba en su vientre estaba muerta. Todo siguió igual. Es más, a la menor le pusieron un DIU (dispositivo intrauterino) para que no volvieran a embarazarla.
Los delitos
Al padre lo acusan de abuso sexual gravemente ultrajante, abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y corrupción de menores agravada. Estos dos últimos delitos también le achacan al hermano, además de abuso sexual simple.
A puro coraje
La adolescente soñaba con cumplir los 18 para fugarse y denunciar lo que pasaba. Pero no aguantó, a fines del año pasado empezó a contar su horrible secreto a su novio y en enero hizo la denuncia. Con mucho coraje, y a escondidas, ella alcanzó a grabar conversaciones con su padre y su madre en los que ellos reconocían los abusos. En uno de eso audios la madre reprocha al padre por qué abusaba de su hija y éste responde: ‘lo hice por put…‘. En otra grabación, la víctima le pregunta al papá porque hacía todo esto y él contesta, porque ‘querías tomar el lugar de tu mamá‘. En una ocasión la madrina interrogó a la madre sobre si era cierto que el compadre abusaba de la niña y esta última reconoció que era verdad, pero alegó: ‘yo a él lo amo‘. A pesar de que los acusados robaron el celular de la menor para borrar esas grabaciones, había copias de esos audios y hoy son pruebas en la causa junto a otros informes contundentes. Lo mismo que los testimonios de la madrina, el novio y la víctima que sirvieron para poner fin al horror en esa casa de Rawson y llevaron al juez Benedicto Correa a procesar y enviar a la cárcel al padre y al hermano de esa chica.
Las claves
Duro testimonio
La declaración de la niña es contundente y brinda detalles de todos los vejámenes a los que era sometida por su padre y su hermano en esos 7 años. Las psicólogas afirmaron que su relato es coherente, lógico y verosímil.
Los audios
Hay tres grabaciones que obtuvo la menor y que son pruebas claves que involucran al padre y al hermano. En esos audios, que son de discusiones que tuvo la familia, ambos reconocen los abusos sexuales.
Historia clínica
Los abusos están constatados por los exámenes médicos. Otra prueba es la historia clínica de la menor, en la que figura el legrado al que tuvo que someterse por la pérdida de un embarazo a los 15 años, tal como relató.