Una empleada de una farmacia pudo acceder ayer a la suspensión por un año del juicio que la tiene como imputada (probation) de haber falsificado un certificado de una médica, para autoconcederse una licencia de 72 horas por una gastroenteritis que no tenía. La descubrió el pasado 13 de febrero un médico de la ART que fue a verla y enseguida supo que mentía porque él sabía que la médica que firmaba el certificado estaba de vacaciones en Chile.

Falsificación de instrumento privado fue el delito que el fiscal Francisco Pizarro y los ayudantes fiscales Ignacio Domínguez y Facundo Romero le atribuyeron a María Belén Pujado, que justo ayer cumplía 30 años.

Como no tiene antecedentes y el delito que le atribuyen lo permite, Pujado pudo acceder a una probation que, en lo básico, le acarreará un pago simbólico de $10.000 por el daño causado, dinero que irá a parar a la Fundación Guerreros por la Vida. Además, deberá cumplir 36 horas de trabajo comunitario en el municipio de Capital durante 3 meses y cumplir otras reglas de conducta que le impuso el juez Matías Parrón, quien homologó el acuerdo entre fiscalía, y la imputada con su defensor Carlos Reinoso.