Buenos Aires, 9 de Enero.- La madre de Priscila, detenida anteanoche debido a que la Justicia la consideró la presunta autora material del homicidio de la niña, de 7 años, será investigada ahora por la muerte de otro hijo.
Para los responsables de la pesquisa del asesinato de la pequeña, cuyo cuerpo calcinado fue hallado al costado del arroyo Plátanos, en Berazategui, la mujer habría matado a golpes a la niña y luego le habría pedido ayuda a su pareja, un bombero exonerado de la Policía Federal, para quemar el cuerpo en la parrilla de la casa en la que vivían y hacerlo desaparecer. Igual que la madre de la niña, el padrastro fue detenido, acusado de encubrir el homicidio. Pero, en las últimas horas, se habría sumado una nueva víctima. Se trataría de un medio hermano de Priscila, que falleció en julio pasado.
Según fuentes de la investigación, algunos vecinos de los acusados indicaron que la imputada, que había sido identificada por la policía como Silvia Beatriz Lafuente, había dicho que su hijo falleció porque se habría ahogado en su vómito.
A partir de lo que ocurrió con Priscila, los responsables de la pesquisa no descartaban anoche la posibilidad de investigar las circunstancias que rodearon la muerte del pequeño y disponer la exhumación del cuerpo para tratar de establecer si el fallecimiento del niño fue producto de un accidente o lo mataron.
Ayer, tanto Lafuente como el padrastro de Priscila, que habría sido identificado como Pablo Verón Bisconti, se negaron a declarar ante el fiscal de Berazategui, Carlos Riera, y seguirán detenidos por su presunta responsabilidad en el homicidio.
Ambas detenciones se concretaron anteanoche, luego de que el representante del Ministerio Público escuchó las declaraciones de testigos de identidad reservada y de vecinos, que indicaron que la mujer golpeaba a la niña.
En principio, el caso comenzó la madruga del lunes pasado con una denuncia de averiguación de paradero, en la que Lafuente afirmaba que su hija se había escapado de su casa el sábado, a las 10.
Entonces, los responsables de la comisaría de Berazategui comenzaron el operativo de búsqueda. Pero, ante la falta de testigos que indicaran que habían visto con vida a la niña, el rastrillaje se enfocó en los baldíos de la zona y en el cauce del arroyo Plátanos. Allí encontraron el cadáver de la niña dentro de una bolsa de basura de consorcio. No se parecía en nada a la imagen de la pequeña que aparecía en las fotos que se difundieron durante la búsqueda. El cuerpo estaba calcinado e hinchado por la acción del fuego, primero, y del agua, después.
Al allanar la casa en la que Priscila vivía en la esquina de las calles 49 y 161, los peritos de la policía bonaerense revisaron la parrilla y hallaron restos de ropa, de tejidos epiteliales y cabellos, que serán analizados para determinar si corresponden a la víctima.
Además, los investigadores secuestraron un coche de bebe similar al que la madre y el padrastro de la niña llevaban el sábado pasado cuando fueron grabados por la cámara de seguridad de la estación de servicio situada en la avenida Mitre, cerca de la escena del asesinato.
Si bien se negó a declarar ante el fiscal Riera, el padrastro habría dicho ante los policías que lo apresaron que, el viernes pasado, su mujer le habría pegado una paliza a la niña y, al día siguiente, cuando se despertó, advirtió que Priscila estaba muerta. Entonces, según el relato del imputado, que no tiene validez judicial porque no se hizo guardando las garantías constitucionales, su pareja le pidió que la ayudara a deshacerse del cuerpo. Ante ese pedido intentó quemarlo en la parrilla. Pero, ante la imposibilidad de que el cadáver se calcinara totalmente, decidieron arrojarlo al arroyo Plátanos con el objetivo de eliminar las pruebas del homicidio.
La pareja estuvo a punto de concretar ese objetivo, debido a que los intensos chaparrones que cayeron el martes en la zona provocaron una correntada que casi arrastró el cuerpo al Río de la Plata, donde hubiera sido muy difícil hallarlo.
Pero a uno de los policías afectados al operativo de búsqueda le llamó la atención una bolsa negra debajo del puente de la avenida Mitre y al revisarla encontró el cuerpo de la niña.
Hace cuatro meses, Priscila había ido a vivir con su madre a pesar de que quería seguir con su padre. La mujer no la veía desde que tenía cuatro años y tuvo otros seis hijos con otro hombre. Según fuentes de la investigación, "se la sacó al padre". El hombre hizo una denuncia para que se la restituyeran, pero la justicia civil no escuchó ni su reclamo ni los de Priscila..