"¿Cómo me haces esto a mi? Te voy a matar hija de puta". Fueron segundos entre esa frase y el momento que buscó llevar a cabo esa amenaza. Todo a plena luz del día, en la calle y delante de una de sus hijas, de apenas 10 años. El brutal intento de femicidio ocurrió este viernes al mediodía y tuvo como protagonistas a una mujer y su expareja.

 

De acuerdo a fuentes policiales y al relato de una se sus hijas, DIARIO DE CUYO pudo reconstruir la terrible historia que no tuvo un desenlace fatal de milagro. Graciela Flores (54) llevaba a su hija de 10 años caminando ayer cerca de las 13 al Colegio Niño Jesús, cuando a la altura de calle España y Superiora, en Rawson, se topó con su ex, Oscar Chavero (60).

 

La insultó y le dio una trompada en la cara que derribó a la mujer, que golpeó su cabeza contra el piso. Mareada, intentó reponerse pero el hombre se le subió encima, sacó de entre sus ropas un cuchillo y empezó a darle puntazos.

 

La escena fue a la vista de todos. "Un colectivo se paró, la gente que caminaba corrió a ayudar a mi mamá, nadie podía creer lo que veía", dijo una de sus hijas.

 

Según una de sus hijas, ayer al hombre lo notificaron de la demanda de divorcio y eso desató su ira

 

Según se supo, Graciela tiene marcas de al menos 10 impactos de cuchillo, pero ninguna herida importante porque la cantidad de abrigo que tenía fue clave para evitar que perforara. Para completar la faena, intentó degollarla, pero en el apuro de hacerlo antes que los transeúntes lo agarren y el poco filo del cuchillo, apenas la marcó. Sin embargo, la víctima no denunció que recibió puñaladas y en su relato solo habló de una trompada, el arma blanca en el cuello y la amenaza de muerte.

 

Cuando la hija quiso proteger a su mamá, el padre la empujó para atacar a la mujer

 

"Los médicos no lo pueden creer que ninguna haya penetrado el cuerpo", agregó la mayor de las hijas de la pareja (tienen otra de 26, un varón de 23 y la menor de 10). Tras ser hospitalizada, fue dada de alta y ahora está al cuidado de una de sus hermanas.

 

A Clavero lo redujo la misma gente, que también lo golpeó, mientras otros pedían ayuda llamando a la policía y a la ambulancia. El hombre quedó tras las rejas.

 

 

El antecedente

 

 

Clavero y Flores se separaron en enero pasado luego de varios meses de una desgastada relación de pareja. El detonante fue una discusión que, si bien no tuvo golpes, la agresión verbal fue mayúscula y terminó en una denuncia policial.

 

El hombre fue blanco de una restricción perimetral. Si bien no se acercó en este tiempo, los insultos y las amenazas existieron vía teléfono. "Le decía que si la encontraba con otro hombre la mataba", apuntó una de sus hijas.